El caso conocido luego de que una víctima se animara a denunciar los abusos recibidos tiene como implicados a los curas Nicola Corradi (82), Horacio Corbacho (50) y el empleado José Luis Ojeda, quienes trabajan en el Isntituto Próvolo, conocido por trabajar con niños hipoacúsicos y a quienes se les secuestró pornografía infantil.

Según la investigación, los abusos ocurrían en un lugar dentro del complejo conocido como «la casita de Dios» donde se alojaban los niños que por la distancia a que vivían no podían concurrir diariamente a la escuela.

Sin embargo, el avance de la investigación determinó que tras los allanamientos a los dormitorios que habitaban los implicados se hallaron numerosos elementos de pornografía infantil, desde filmaciones a fotografías, aunque no se pudo determinar aún si pertenecen a las víctimas o habrían sido descargadas de internet.

En base a ello los abogados de las víctimas participaron de la audiencia de ayer intentando que no se les conceda la prisión domiciliaria, cosa que los abogados de la contraparte buscan insistentemente. Corradi es el único que goza de este beneficio por la avanzada edad y estado de salud.

Desde la querella señalan que Corradi exagera sus problemas de salud y cuestionan la posibilidad de que los acusados aguarden el juicio en prisión domiciliaria ya que las pruebas recabadas son contundentes para presumir la culpabilidad de los acusados.