El caso del Instituto Próvolo en Mendoza sigue generando horrores. Ahora se conoció la situación de Kumiko, una monja nacida en Japón pero que desde los primeros año de su vida vive en Argentina. Es acusada de entregar los niños para que sean abusados por los sacerdotes.

El caso del Instituto Próvolo investiga una serie de abusos crueles a niños por parte de sacerdotes y personal de la institución probado incluso a través de filmaciones y fotografías que tomaban a las víctimas.

La causa lleva ya tres detenciones y con la de Kumiko es la cuarta. La monja fue sindicada por las víctimas como entregadora, facilitadora de las víctimas cuando su función era la de ser guía espiritual.

Luego de estar prófuga más de un mes la monja quedó presa en el penal de mujeres de Cacheuta entre las montañas mendocinas.

Uno de los testimonios la acusa de actuar protegiendo los abusos por ejemplo al colocarle un pañal a una víctima de 5 años (hoy tiene 17) para ocultar el sangrado de la penetración forzada.

Los maltratos y la actitud de «estudiar posibles víctimas» le valió el apodo entre los niños de la «monja mala» que ahora fue imputada por «Comisión por omisión del delito de abuso sexual con acceso carnal, en concurso ideal, con abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por ser el autor encargado de la guarda, y por ser cometido contra un menor de 18 años de edad aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo».