Cada 8 de marzo se conmemora a nivel internacional el Día de la Mujer Trabajadora. En distintos puntos del país y del mundo, cientos de mujeres salen a las calles a marchar, pedir por sus derechos y por cada una de las mujeres que son asesinadas.
Este año en Chacabuco hubo dos convocatorias: por un lado, la de la Multisectorial de Mujeres y por el otro la del gobierno municipal llevada a cabo por el Área de la Mujer.
La Multisectorial de Mujeres, al igual que todos los años, invitó a la comunidad a participar de una marcha en la Plaza San Martín. En esta ocasión, sumaron talleres respecto a la problemática de las mujeres, la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral, el Ciberacoso, y la Ley Micaela, entre otros.
Lo organizado por el Área de la Mujer fue el cierre por las actividades en la semana previa al 8 de marzo, con una marcha y un acto con el mismo día y horario que el organizado por la Multisectorial.
Con la forma de una convocatoria dividida, en las escalinatas del Palacio Municipal se reunió un grupo de mujeres y tan solo a unos metros, sobre la Plaza San Martín, estaban quienes fueron a la convocatoria de la Multisectorial.
Las diferencias entre las actividades no era solo de cantidad de concurrentes. Una reclamó al Estado más presencia del color verde, en la otra organizada por el Estado, el color dominante era el violeta que iluminaba el frente del municipio. En tanto que en la Multisectorial, además, están representados los partidos políticos opositores y organizaciones sociales y culturales.
Durante el acto desde la Multisectorial leyeron un documento en el que, entre otras cosas, se recordó los femicidios que se dieron en nuestra ciudad y criticaron el accionar del gobierno municipal respecto a esto. A continuación, parte del texto:
«En Chacabuco, por supuesto, el panorama no es alentador: El 2019 nos golpeó con dos dolorosos femicidios y cientos de casos de violencia física y sexual, cuyas denuncias nunca prosperaron. Mientras se protege a violentos y abusadores, nosotras nos organizamos para denunciar y visibilizar las violencias, en un intento de romper con los pactos de complicidad machistas.
El gobierno municipal hace oídos sordos a las denuncias de violencia y abuso que comprometen a parte de su planta de funcionarios, a la vez que persigue trabajadoras por expresar sus opiniones en redes sociales.
En este contexto, el ajuste llegó al sistema de salud, provocando un brutal vaciamiento del hospital municipal y permitiendo toda clase de negociados en torno a las necesidades de salud pública de las mujeres.
El área de la mujer no está mucho mejor: sin presupuesto propio, las encargadas de este precario espacio no muestran ninguna voluntad para impulsar políticas que realmente cambien la vida de la gente, sino que, por el contrario, se dedican a revictimizar y culpabilizar a quienes sufren violencia de género, al igual que el personal de Comisaría, Fiscalía, Juzgado y Comisaría de la Mujer.
Por supuesto, nada de esto es una sorpresa viniendo de un gobierno cuyo intendente, Víctor Aiola, ha demostrado no tener ninguna voluntad política para satisfacer nuestras demandas, y que jamás tomó la decisión de dictar políticas públicas tendientes a generar empleo digno, crear viviendas, construir escuelas, ni mucho menos. Por el contrario, tanto él como sus funcionarios, se han dedicado a bastardear públicamente tanto al movimiento en general como a las mujeres víctimas de violencia que solicitan asistencia al área de la mujer en particular.»