El macrismo desplegó en las últimas horas una serie de negociaciones para tratar de asegurarse los votos que le permitan designar a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz como jueces de la Corte Suprema y coronar así un nuevo éxito legislativo en un Senado en el que los números le son adversos.
El oficialismo se encuentra tironeado desde varios frentes, lo que se traduce en una dispersión de votos que hace imposible, tener una cifra consolidada de cara a la crucial sesión convocada para mañana.
En medio de este escenario, el único ganador con el fracaso de la sesión de mañana sería el kirchnerismo, que fogonea toda jugada que le permita alcanzar su objetivo de asestarle a Mauricio Macri el golpe político que significaría fallar en su intento de completar la Corte con los cinco integrantes que marca la ley.
Al menos 3 gobernadores hicieron llegar a la bancada del FPV del Senado, su reticencia a ordenarles a sus legisladores votar los pliegos.
La nómina la integran Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Verna (La Pampa) y Sergio Casas (La Rioja).
No obstante, los reclamos de los mandatarios son variados y difusos. Pero se hace hincapié en la desconfianza en que el Gobierno cumpla con los compromisos asumidos en materia de devolución del 15% de la coparticipación que la Nación les retenía a las provincias para financiar la Anses y el plan de pagos para la cancelación de deudas previsionales de los distritos con la Nación.
En este esquema, los mandatarios estarían apostando a tener sancionada en primer término la ley ómnibus de cancelación de deuda con los jubilados y de blanqueo, que incluye los acuerdos con las provincias, antes de darles el visto bueno a sus senadores para que aprueben los pliegos de la Corte.