Si los acuerdos en el Concejo Deliberante parecían ir complicándose más, nadie podía esperar que la última sesión terminara de la forma insólita en que lo hizo.
En los días anteriores el revuelo ya era demasiado. Dos cosas que lo alimentaron: primero el bloque del FPV venía pidiendo explicaciones sobre la demora en la elevación del presupuesto de parte del ejecutivo que conduce Aiola; segundo el cuestionamiento de la banca que ocupa Limia en el concejo.
Con repecto al bloque del GEN, cuyo representante en el Concejo es Alberto Limia, llevaba como titular para ese cuerpo a Maximiliano Felice, quien al asumir como funcionario municipal debió presentar licencia y quien quedaba en condiciones de ocupar ese lugar era Ana Lía De Salvo que al momento de hacerlo se hallaba en las mismas circunstancias, pues había sido convocada por Aiola a asumir al frente del área de Cultura municipal, por lo que también presentó su licencia. Sin embargo, con la reciente renuncia de De Salvo al cargo ejecutivo, el FPV reclamó que para poder ejercer Limia su cargo en el cuerpo deliberante De Salvo debía presentar nuevamente licencia por un motivo diferente, ya que el motivo invocado en su primera licencia había cesado. En cambio, desde el bloque del GEN y Cambiemos argumentaban que la licencia no era necesario renovarla debido a que era por tiempo indeterminado.
No obstante, es claro que en esta oportunidad la razón no acompaña a Cambiemos ni al GEN ya que las licencias se extienden por artículos (motivos) que justifican el tiempo que se pide.
Ante tal situación de tensión propiciada por estos dos hechos, la sesión venía complicada para llegar a un acuerdo.
Si bien el bloque del FPV y el Frente Renovador habían prometido desde que Aiola inició su mandato al frente del municipio no dejar sin presupuesto al gobierno y dar todas las herramientas para garantizarlo, tampoco eran sus intenciones simplificar el trámite sin más.
Según se supo, la oposición iba a hacer pedidos de revisión o pediría aplazar el tratamiento del presupuesto para estudiarlo mejor ya que consideraban insuficiente el tiempo desde su elevación, por lo que Cambiemos debía contar con la mayoría para poder aprobar el expediente.
Esto se vio complicado cuando la sesión prevista para dar trámite al presupuesto comenzó con el cuestionamiento de la banca de Limia a quien Cambiemos necesitaba votando a su favor para garantizar la aprobación.
La bancada del justicialismo, en efecto, comenzó la sesión cuestionando a Limia y pidiendo que se presente la licencia de De Salvo o que apareciese la propia ex funcionaria. Por lo cual Muela solicitó un cuarto intermedio con el objetivo de encaminar la situación.
El bloque oficialista de Cambiemos intentó validar la licencia ya presentada casi absurdamente a lo que la oposición reclamaba que contrariaba el reglamento del Concejo.
El desenlace llegó cuando la presidenta de la bancada de Cambiemos, Graciela Rodríguez, pidió que se levantara la sesión y los ediles se retiraron, dejando al Intendente sin el presupuesto.
Esta acción se enmarca en una serie de errores políticos de parte de la bancada de cambiemos que parece demostrar cierta impericia al no tener claras algunas cuestiones centrales que afectan claramente al ejecutivo. De esta manera se van sumando malestares que parecen dar todos en la figura de la presidenta del Bloque y el presidente del Concejo, Graciela Rodríguez y Jorge Muela, respectivamente. Uno de los hechos recientes que también impactaron a estas dos fue lo sucedido con Arturo Martin el delegado de O’higgins.