«¿Donde está la inversión del 1,5 por ciento en ciencia? Macri vende humo”, decía un cartel que sostenía una mujer con una beba en brazos. Frente al Ministerio de Ciencia, donde sesionaba el directorio del Conicet, desde el mediodía y hasta avanzada la tarde de ayer se congregaron investigadores, becarios, docentes y estudiantes universitarios para protestar contra el ajuste al sector científico y su primera consecuencia, el recorte del 60 por ciento que se anunció para la carrera del investigador del Conicet. Además de los cantos y una radio abierta, durante varias horas parte de los manifestantes mantuvieron una toma pacífica de un sector del edificio.
La toma fue promovida por la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados (JCP), después de haber exigido que los recibiera el directorio del Conicet. En principio, los atendió Miguel Angel Laborde, vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del organismo, “pero no respondió a ningún reclamo”, señalaron los investigadores. A pleno sol, la temperatura subió cuando JCP comunicó que la respuesta del funcionario era “totalmente negativa”. Por eso decidieron entrar al hall del edificio y tomarlo, no moverse de ahí “hasta que den una respuesta”. Pasaron casi dos horas y ninguna autoridad apareció. Los becarios decidieron entonces subir y ocupar el piso 11º –también tomaron los pisos 8º, 9º y 10º–, donde se encontraba reunido el directorio del Conicet. Allí finalmente se abrió un diálogo con representantes de todos los espacios presentes, JCP, AGD (profesores de Conadu Histórica) y ATE-Conicet, quienes presentaron su reclamo de mayor presupuesto. Según los manifestantes, que el directorio completo recibiera así los reclamos fue un hecho que “no sucedió nunca en la historia”.
Futuro en riesgo
Mientras tanto, frente al Polo Científico ya se concentraban otras agrupaciones, como Científicos y Universitarios Autoconvocados (CUA), Grupo Ciencia y Técnica Argentina, los profesores de Conadu, Becarios Empoderados y otros, que a partir de las 16 pusieron en marcha una radio abierta: hablaron investigadores, becarios y docentes, que contaron sus experiencias y temores sobre lo que se viene si la desinversión continúa.
Mercedes García Carrillo es becaria doctoral del Conicet y trabaja e investiga en el área de preservación de alimentos, “para que duren más tiempo y no transmitan enfermedades, para que sean microbiológicamente seguros y preserven mejor las vitaminas y antioxidantes que la pasteurización, que es el tratamiento tradicional”. Para Carrillo, con el recorte que está aplicando el Gobierno se pone en riesgo su futuro ingreso a la carrera del investigador, así como los fondos con los que trabajará serán todavía más insuficientes que hoy.
A unos metros, un becario mostraba un cartel a una cámara de televisión: “La ciencia no es cara. Cara es la ignorancia”.
“Soy doctora en Relaciones Internacionales, especializada en Medio Oriente. Desde el sur necesitamos tener una mirada sobre los asuntos internacionales, hay mucho sobre Latinoamérica, pero a veces sobre otros países terminamos importando agenda de los países del Norte”, dijo Mariela Cuadro, que cuenta con una beca posdoctoral del Conicet que se le termina en abril. “Estoy esperando sin mucha esperanza. El año pasado entraron más de 900 y ahora van a ser solo 385.”
Declaración
Alejandro Muntó, de JCP, explicó a PáginaI12 el resultado del diálogo con el directorio del Conicet: “Se comprometieron a sacar una declaración pública pidiendo más presupuesto al gobierno nacional y que habría un bono de fin de año.” Además, según aseguró, el martes que viene se publicarán los nombres de los 385 investigadores –de un total de 1520 postulantes– que podrán ingresar en la carrera de investigador en 2017.
Rocco Carbone, investigador del Conicet y miembro de CUA, señaló que reclamarle al directorio del Conicet “no tiene sentido, porque ellos no definen los recortes. Hay que hacerlo al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que es quien impulsa el ajuste”.