Ya es oficial la quita de aranceles del 12% para producir computadoras en el país y del 35% para la importación de tablets, notebooks y computadoras. La medida regirá a partir del 1° de abril, sin embargo hay quienes se oponen porque pone en peligro los puestos de trabajos que la industria informática generó en el país como producto de lo hecho en Argentina.
Los despidos ya son varios porque las empresas comenzaron a morigerar las expectativas de ventas ante la posibilidad de que esto sucediera. Conocida es la situación en este aspecto de los 200 despidos en la firma Banghó que impulsó a que la Unión Obrera Metalúrgica realizara una intensa movilización la semana pasada.
Según el gobierno el objetivo que persigue es la baja de los costos en la producción local y la mejora den la competitividad de los productos que necesitan de este tipo de bienes importados para fabricarse.
Sin embargo, desde los sectores que representan al mundo del trabajo y desde la oposición señalan que sólo generará mayores despidos y desocupación.
Ya la Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales de Electrónica (AFARTE) advirtió que la medida pone en riesgo los 500 puestos de trabajo que tiene el sector en Tierra del Fuego y los diez mil que emplea el sector a nivel nacional, mientras que la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra) señaló que el sector tuvo “un 3 por ciento de caída de empleo y un porcentaje un poco más alto en suspensiones”.
Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en enero la destrucción de puestos de trabajo y suspensiones alcanzó a 3.617 personas y el sector industrial fue el más afectado con casi el 70 por ciento del total. La cifra del primer mes del año elevó a 241.774 los despidos desde la asunción del Gobierno de Cambiemos.