Por primera vez un caso de acoso callejero, comúnmente denominado piropo, que había sido denunciado por una joven llega a una audiencia de mediación.
El caso fue que una joven había sido acosada verbalmente por un taxista durante una cuadra y media, al cabo de la cual vio a una agente policial y le pidió intervención.
El agente le pidió los documentos y labró un acta además de explicarle la normativa al taxista que la desconocía.
Una vez en la fiscalía ratificó la denuncia y acompañada de una ONG sobre el tema pidió que no haya una condena sino que sea obligado a participar de un curso formativo sobre violencia de género. Según expresó Lucía, la joven acosada, «no creo en los castigos».
Esta mañana se celebró la primer audiencia de mediación.