Desde que comenzaron los fuertes aumentos en la electricidad, y en general la energía, comenzó el debate acerca de qué pasará con aquello que dependen de la electricidad para poder mantenerse con vida.
En general son personas que padecen alguna afección que los obliga a vivir con alguna máquina que, como es lógico, genera un gran consumo y a consecuencia, una abultada tarifa.
Esta situación comenzó a ser visibilizada por algunos padres de niños electrodependientes y llegó a debatirse en el Congreso y aprobarse una ley conocida como «ley de electrodependeientes», que establecía la creación de un registro y la gratuidad de la electricidad para aquellos que estén registrados.
Sin embargo, a los pocos días el Ministerio de Energía puso tope al consumo gratuito de este tipo de pacientes, entrando en contradicción con la norma aprobada por el Congreso.
De esta manera la gratuidad del servicio queda a consideración de las empresas y no del Ministerio de Salud, como debería corresponder. Los padres de algunos niños señalan que dependen de la buena voluntad de una empresa, tal como era antes de la aprobación de la ley. Desde las asociaciones de electrodependientes comenzaron a reclamar que se reglamente la norma, ya que no se están entregando equipos electrógenos (como establecía la ley) y las auditorías a los pacientes las realizan las mismas empresas, algo que no era lo estipulado.
Algunos de los perjudicados por esta negativa del Estado señalan que pagan facturas de hasta 7 mil pesos.