Después de 28 años como funcionario público, administrar la mayor caja de dineros del Estado nacional y permanecer en la cima del poder, Julio de Vido quedó preso. Su detención se produjo poco más de una hora después de que la Cámara de Diputados, con la mayoría del bloque kirchnerista ausente en el recinto, aprobara el desafuero que había pedido la Justicia para avanzar en dos de las más de cien causas por corrupción en que está denunciado.

Desde el bloque del FPV consideraron no asistir al debate por el desafuero porque no estaban dadas las garantías constitucionales que todo investigado debe tener frente a la justicia, situación que también debe ser considerada. Los diputados de ese espacio pusieron en duda el proceder judicial días después del triunfo de Cambiemos.

El diputado del Frente para la Victoria-PJ se entregó por su propia cuenta en los tribunales federales de la avenida Comodoro Py 2002, ubicados en el barrio porteño de Retiro, mientras frente a su casa un grupo de personas cantando consignas de Cambiemos como «sí, se puede» esperaban la detención de Gendarmería.

De Vido fue «el ministro más longevo que tuvo la década kirchnerista», remarcó Negri al recordar que «de los cinco secretarios que tuvo, cuatro lo acompañaron toda la gestión» en el Ministerio de Planificación Federal entre 2003 y 2015, durante los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner. «Se calcula que pasaron por la decisión de ese ministerio un porcentaje importante del PBI de la Argentina de los últimos doce años», puntualizó el titular del interbloque de diputados de Cambiemos.

Allegados al ex funcionario K, de 67 años de edad, señalaron que en unos días pedirá la prisión domiciliaria por la diabetes que padece.

“Mándenle champán a la doctora (Elisa) Carrió”, dijo el diputado K al ingresar a los tribunales, en alusión a la fundadora de Cambiemos, que lo denunció en numerosas causas de corrupción y celebró la semana pasada, en el cierre de campaña, el pedido de desafuero con la frase: “¡Qué caviar, qué champán!”.