(Publicación pedida)

Una de las premisas que la mayoría vamos a aceptar como verdadera y vamos a estar de acuerdo es que la población jubilada se encuentra en situación de vulnerabilidad, entendiendo que gran parte de ella percibe un ingreso mucho menor al necesario para llevar una vida digna y poder solventar los gastos cotidianos.

A partir de ello, decimos que el proyecto de reforma previsional de Macri es un dolor al bolsillo de los jubilados, porque deteriora el poder adquisitivo de nuestros abuelos y hace que los aumentos sean cada vez menor en comparación con la ley vigente.

Una de las modificaciones más relevantes de la reforma es la que se refiere al índice utilizado para actualizar los haberes de las jubilaciones y pensiones; mientras que el índice de movilidad vigente incrementa el valor de las prestaciones a partir de la variación de la remuneración media de los trabajadores registrados del sector privado alcanzado anualmente a través de la negociación colectiva y de la recaudación tributaria destinada al sistema de seguridad social, la reforma plantea que la movilidad pase a determinarse por la evolución del nivel de precios al consumidor en un 70% (IPC-INDEC) y, en una mínima medida, por la variación de los salarios.

La propuesta de actualización centrada en la variación de precios no permite sostener el poder adquisitivo de los jubilados ya que, por ejemplo, consumen más medicamentos que el promedio de los argentinos, y, además, éstos han aumentado sus precios muy por encima de la inflación promedio.

Por otra parte, el vínculo entre el valor de las prestaciones y los salarios es demasiado escaso para que se vislumbre alguna posibilidad de incremento de los haberes previsionales por arriba de la inflación, incluso ganando 5 puntos por encima de la inflación, los jubilados pierden un total de $4.888 pesos en el acumulado anual.

Para ser más claros: con la antigua formula, en el 2018 un jubilado que cobre $10.000 recibiría un aumento de $1.450, con la formula del gobierno actual los jubilados recibirán de aumento apenas $570 quedándose en total con más de $100.000 millones.

Otra de las modificaciones que propone la reforma es que los trabajadores en relación de dependencia puedan continuar sin jubilarse hasta los 70 años y recién ahí sus empleadores podrán intimarlos para que inicien sus trámites de retiro jubilatorio. Hoy las mujeres pueden jubilarse a los 60 años si cumplen con 30 años de aporte, mientras que con la nueva ley, solo podrán jubilarse después de los 65.

Todos estos retrocesos procuran realizarse en un ámbito que pareciera distar bastante de la paz democrática que goza nuestro país, y mucho más de aquel precepto que decía que para actuar en política es necesario tener una visión que posea sensibilidad e imaginación; por consiguiente, a falta de cerebro y corazón, este gobierno decide recortar por los jubilados.

Hoy Cambiemos tiene la legitimidad que da el haber ganado las elecciones, pero eso no significa que puedan hacer lo que quieran con la Nación y con el pueblo, porque como decía Perón: «cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen sonar es escarmiento».

Lic. Tomás Domínguez

Concejal PJ-FpV