Un mendocino sembró en su jardín unas 100.000 plantas, las cuidó durante siete años y diseñó con ellas dos laberintos. Este fin de semana, el vecino de Malargüe, Jorge Carmona, abrió las puertas del lugar para que otros vecinos, turistas y curiosos puedan realizar el desfío.

«Hace unos años se decía que había que apuntar al turismo y yo me dije: sé de plantas, tengo un vivero, me crié en la finca. Amo las plantas, los niños y los animales, voy a probar con los laberintos», cuenta Carmona, de 59 años, en relación a cómo surgió la idea.

El primer laberinto es cuadrado, mide 70 por 70 metros y tiene 31 pasillos de norte a sur y de este a oeste. El segundo, en tanto, es circular, mide 60 metros de diámetro y en el centro se puede disfrutar de la «Fuente de los deseos», donde los visitantes pueden sentarse a descansar. «Al llegar, los visitantes quedarán impactados con los verdes e imponentes recorridos”, dijo orgulloso el creador de «Laberintos Carmona».

Claro que no fue fácil, el clima seco de Malargüe dificulta la adaptación de las plantas y, por otro lado, la poda de las plantas también es trabajoso.

Para disfrutar de la nueva atracción los vecinos podrán acercarse todos los días de 10 a 19 y habrá un canon diferenciado para mayores y menores, de 80 y 50 pesos respectivamente. Además, los encargados del espacio comentaron que «en un futuro cercano el proyecto prevé 80 churrasqueras, juegos infantiles, un sector de livings rústicos, un parador para adquirir bebidas frescas y alimentos ligeros».