Ayer participé de la Asamblea Legislativa y escuché atentamente el discurso de la Gobernadora, como a la mañana lo hice con el del Presidente por los medios de comunicación.
Según Macri y Vidal «lo peor ya pasó», ahora estamos creciendo, la inflación empezó a ceder, se recuperan empleos, los salarios mejoran su capacidad adquisitiva, y el endeudamiento es razonable. ¿Respecto al ajuste sobre los haberes de los jubilados? Bien, gracias.
Si hay algún problema es consecuencia de la «pesada herencia». La problemática de la educación es por culpa de los maestros que van de las licencias a los paros, y encima quieren ganar lo que no les pueden pagar.
En el país de la maravillas de Cambiemos a los docentes se les niega la cláusula gatillo, a los jubilados le recortan los haberes y ajustan en la educación cerrando Escuelas; pero al poder financiero, dueño de los bonos y de la temeraria deuda externa, le dan todo tipo de beneficios y garantías de pago, hasta entregan la soberanía jurídica argentina a los tribunales de Nueva York y Londres. No un juez Griesa sino miles de jueces para los fondos buitres.
El argumento siempre es el mismo: la culpa es del otro. Pero ese argumento se empieza a desvanecer porque la única verdad es la realidad, y la realidad de las grandes mayorías populares nada tienen que ver con el cuentito del País de las Maravillas de Macri y Vidal.