El caso sucedió ayer en la vecina ciudad de Lincoln, donde aparentemente tras confundirse entre ellos, un policía murió al ser disparado y otro se encuentra herido.

El tiroteo se habría producido tras acudir a un llamado de emergencias. Al llegar al lugar un confuso episodio hizo que se dispararan entre ellos.

Sin embargo, esto se produjo en el mismo día que se conoció lo sucedido en San Miguel del Monte, cuando un comando policial disparó durante una persecución a un fiat Spazio que terminó en un choque de medidas trágicas. Tres adolescentes menores de edad y un mayor de 22 años resultaron muertos, y una tercera esta gravísima.

Si bien los casos no están relacionados, es sugestivo que en ambos la facilidad de utilizar el arma de fuego terminó costándole la vida, incluso, a un policía.

Durante el día de ayer el foco periodístico también fue puesto sobre las palabras de la propia ministra de Seguridad que en reiteradas oportunidades defendió que la policía utilice rápidamente armas de fuego ante cualquier sospechoso.

Tragedia en Lincoln

El hecho ocurrió a las 5 de la mañana, ayer jueves, en el barrio Sagrado Corazón, sobre calle Guido Spano, donde según detallaron los testigos hay muy poca iluminación.

Tras el llamado a emergencias se dirigieron al lugar un móvil y una motocicleta por caminos diferentes, al llegar al lugar el episodio derivó en un tiroteo, que explican se debió al no reconocerse como efectivos.

Según informó la Municipalidad de Lincoln, la policía concurrió al domicilio de calle Guido Spano tras un llamado que alertó sobre la presencia de una persona prófuga que tenía pedido de captura en el marco de una causa de violencia de género.

Mientras el móvil siguió la dirección de la casa, la motocicleta rodeó al inmueble ante la posibilidad del escape del sospechoso. El resultado fue un encuentro frente a frente, aunque los policías dicen haber dado la voz de alto.

Pero el tiroteo se desató cuando uno de ellos disparó primero, según explicaron, porque desconfiaron que la voz de alto proviniera realmente de un oficial. La consecuencia fue un tiroteo que terminó con un oficial muerto y otro herido.

Saúl Ballesteros, de 30 años, falleció tras recibir un disparo artero en el corazón. En tanto que el subinspector Jan Manuel Pérez de 38 años recibió tres impactos: brazo, pierna y hombro, pero su vida no entró en riesgo.

Tras las primeras investigaciones judiciales se aseguró que la causa debe estar enmarcada en la supuesta negligencia en que habría incurrido los oficiales al no tomar los recaudos previstos por la situación.

(Foto destacada: InfoCronos)