Esta semana se impulsó nuevamente en nuestro país un proyecto para que el Poder Legislativo nacional legalicen los abortos que hoy se realizan en la clandestinidad. El espíritu del proyecto sostiene la principal línea que el del año pasado: los abortos existen igual y son las madres quienes mueren.

Un día después, una mujer perdió la vida tras practicarse un aborto clandestino. Era madre de tres hijos y tenía 31 años. Falleció en el Hospital Pacheco, partido de Tigre a raíz de un shock séptico, una infección generalizada con origen en el útero.

Esta problemática afecta fundamentalmente a la franja de población con menores recursos, como el caso de esta mujer que vivía en el barrio Los Tábanos.

La información fue difundida por la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir quienes sostuvieron «Esta muerte pone sobre la mesa una vez más la responsabilidad del Estado frente a las muertes evitables de mujeres por abortos inseguros».

Así puntualizaron sobre la falta de información del Estado hacia las mujeres para que realicen este tipo de prácticas. Recordaron que «Cualquier persona que acceda a cualquier efector de salud diciendo que está cursando un embarazo que no desea y que quiere interrumpirlo, lo mínimo que tiene que recibir es información sobre las consecuencias que pueda llegar a tener».

Este es otro punto, señalan los especialistas, que una ley que legalice el aborto podría desentrañar: si el aborto dejara de ser penalizado y se legalizara permitiría que las mujeres se acerquen a consultar su situación, y mediante una consejería poder informarles para tratar de acompañarlas en su decisión.

Desde la Red de Profesionales finalizaron: «Gritamos ni una muerte más por abortos inseguros. El Estado es responsable».