El arzobispo Aguer publicó una columna en contra de los derechos de la comunidad gay y de género considerándolos «antinaturales.
En la columna publicada por infocatolica.com, Aguer transformó en información un prejuicio discriminatorio e involucró en la información a Marcelo Tinelli, indirectamente, al criticar su programa televisivo.
Aguer utilizó su columna para criticar lo que el llama ideología de género, que en realidad son postulados científicos. El religioso se basó para escribir en qué es lo natural y qué es lo que no es natural, basándose en el libro que la iglesia toma como verdadero, el Génesis, donde se menciona que Dios creó un hombre y una mujer.
Como si fuera sacado de las mismísimas catacumbas de Roma, Aguer vierte palabras profundamente discriminatorias que incluso contrarían lo dicho por el propio Papa Francisco.
En la columna nombró soslayadamente a Marcelo Tinelli, quien le replicó por Twitter preguntándole si se refirió a los casos de pedofilia que existen en la iglesia Argentina, con lo que puso el dedo en el tema que la iglesia no habla, no promueve que se hable y que deliberadamente oculta para favorecer a los curas pedófilos.
Extractos de la columna de Aguer discriminando a personas por su orientación sexual:
«El ejemplo más claro de esta posición es la ideología de género, que altera íntimamente la realidad humana; de acuerdo con esta ficción ideológica en la que culmina la revolución sexual desarrollada en las últimas décadas y acelerada recientemente, no existe una naturaleza de la persona varón y una naturaleza de la persona mujer. La famosa feminista Simone de Beauvoir, en su libro «El segundo sexo», afirma que «mujer no se nace, se hace»; más aún, según ella, la mujer sería un «producto intermedio entre el macho y el castrado»».
«(…) quienes niegan que exista la categoría de lo natural, suelen acusar falazmente de discriminadores a quienes afirman que existe una naturaleza humana de la cual se siguen determinados comportamientos objetivos, que son los propiamente humanos. El INADI funciona según este lamentable criterio»
«(…) La propaganda gay es apabullante y va trastornando el cerebro de multitudes, de jóvenes especialmente, que suelen razonar así: «yo no lo hago, personalmente no me gusta, pero cada uno es libre de vivir como le parece; si les gusta, para ellos es bueno»
«(…) Otro de los principales responsables: el showman con probables posibilidades políticas, que también exhibe en el espectáculo la vida privada de sus bailarines, y promueve entre ellos superficiales emparejamientos; que semejante engendro tenga buen «rating» mide hasta qué nivel hemos caído».