El Llantén es una planta medicinal dice la última página del libro, después de indicar que el libro que está en mis manos se terminó de imprimir este año. Este mismo año, que se llevó un poco de mí, un poco de todos.
Lo que no dice ni la primera, ni la última página, es que Llantén es también una editorial que nos permite aterrizar en otros mundos, de otros países aún con las fronteras cerradas.
La editorial se caracteriza por traducciones de escritores ingleses que realiza Tom Maver y de rusos a cargo de Natalia Litvinova formando una serie de títulos que te podés lanzar sin conocer al autor. Aunque también se complementa con autores argentinos, como la propia Natalia, que tienen un camino formando la voz poeta. Ya hablamos que la poesía argentina atraviesa un gran momento, culturalmente hablando. No estaría demás decir lo mismo del mundo editorial argentino.
En La nostalgia es un sello ardiente Natalia Litvinova busca a una amiga perdida, en otro país y de otro tiempo. Sin mejores adjetivos lo escribió en la contratapa Federico Falco: «en esa búsqueda tantean, duros y delicados, blindados pero suaves, esa tensa distancia que a veces es melancolía y a veces es recelo, rechazo».
Nacida en Bielorrusia, Litvinova sabe que en la búsqueda de esa amiga no va encontrar la amistad perdida, esa fue su infancia. Lo que halla es en todo caso su propia ausencia escrita en una vida que no es la suya. Su infancia, su familia y su cultura: la nostalgia.
Si hay algo que interpela este libro, es la contracara de las amistades, los caminos que se eligen, lo que dejamos y lo que tomamos para seguir.
El libro es una historia y una obra. Una historia porque todos los poemas aparecen enlazados no solo con el tema de la amistad, sino de los episodios de la infancia empapados de la cultura de Bielorrusia.
Pero es una obra porque cada poema tiene una fuerza propia que invita al lector a releerlos siguiendo la historia sincrónicamente o hacer de su lectura un «justo caí acá».
Algunos estudios demostraron que las amigas que dejaron de verse en la infancia no quieren un reencuentro. Duele no recordar los rasgos de una persona, no conservar objetos ni ropa que retenga su olor. Sin embargo cuando nos maquillamos una siente que la otra le sugiere el color para los labios. No estamos juntas pero nos acompañamos Eso dicen.
(Poema en La Nostalgia es un sello ardiente)