A cinco meses de gestión asistimos al verdadero “sinceramiento”. El sinceramiento es el plan económico y social de Cambiemos, de Macri, sus gerentes y oportunistas locales. El sinceramiento es que una vez en el gobierno se hace lo opuesto a lo dicho en campaña defraudando y pisoteando la voluntad popular; el sinceramiento es el plan criminal de Cambiemos.
Venían a “fácilmente” a resolver la inflación, tenemos la más alta en los últimos 14 años; venían a generar “empleo genuino” y asistimos a una ola de despidos masivos en el estado y en el sector privado, venían a hacer la revolución de la alegría y asistimos al derrumbe productivo, venían a que “podemos vivir mejor” y no podemos ni prender un calefactor; venían a traer seguridad jurídica y los trabajadores viven el terror de no saber hasta cuándo van a tener empleo, venían a dar educación de calidad y las Universidades no pueden pagar la luz.
La quita de retenciones hacia el sector minero, al agropecuario; el aumento de la electricidad, gas y transporte, la devaluación de un dólar de 9,40 a 15,70 son todas medidas que van en una misma dirección. Esto no es retórica ni apreciación política o ideológica son miles de millones de pesos quitados a la población y entregados en beneficio de los sectores oligárquicos y dominantes de la economía, ni siquiera nacional si no transnacional. Si sumamos los valores que implican la quita de retenciones y la devaluación vemos una cifra cercana a los cuatro mil millones de pesos que el estado ha dejado de recaudar, paradójicamente la misma cifra equivalen a los subsidios para el gas y la electricidad; lo que ha sucedido es que ahora la mayoría trabajadora subsidia a los ricos. De esto hablamos cuando decimos transferencia de recursos.
Quizás la pregunta sea ¿quién gobierna a Macri? No solo están desmantelando el estado en cuanto a políticas de derechos ciudadanos, han descuartizado al Estado Nacional dividiéndolo cual motín de guerra; y en esa división no hay un plan de gobierno si no una rapiña de un puñado de familias cipayas (el que vende su patria al extranjero) y empresas transnacionales que se disputan la torta. Cuando los sectores agroexportadores logran su querida devaluación las petroleras piden aumento de combustibles, cuando logran el aumento de combustibles las agroexportadoras dicen que la devaluación se la comió el aumento de combustibles, y así llevándonos a un espiral inflacionario, el mayor en los últimos catorce años, mientras los ciudadanos de a pie asistimos a un fenomenal saqueo de nuestros salarios.
La fulminante combinación de disminución de la actividad económica y productiva, pérdida de puestos de trabajo, llevando a la pérdida de capacidad adquisitiva, con alza de los precios, es decir la combinación de recesión con inflación va haciendo mella en nuestra sociedad y dejando ver sus primeros impactos. Impactos que son verdaderas tragedias familiares.
En nuestra localidad muchas empresas, comercios familiares y trabajadores ya están sintiendo en carne propia las políticas del cambio neoliberal, de la restauración conservadora y es lógico que así suceda, sencillamente porque está en la génesis del gobierno anti-nacional, porque es algo deseado y planeado para reducir salarios y subsumir en el miedo al conjunto de la sociedad, para destruir la autonomía, la soberanía y la independencia económica que supimos construir los últimos doce años. Como decía Cristina Kirchner “no nos critican por nuestros errores si no por nuestros aciertos”. Resulta ahora que el desastre que dejó el gobierno popular fue que la gente pagaba “barato” los servicios, para el gobierno de Cambiemos que la gente llegue a fin de mes, que pueda vacacionar o salir a pasear, comerse un asadito los domingos o simplemente que pueda consumir los bienes básicos era una fiesta inaceptable que debía corregirse, esa era la fiesta k.
Si el intendente Aiola aún conserva algo de coherencia y valor que se haga cargo y termine con la hipocresía del doble discurso. No se puede “estar con los trabajadores” y ser parte del gobierno que tiene como programa la destrucción del empleo. No se puede hablar de estado presente y ser parte del gobierno de las corporaciones económicas justificando todas las medidas que vienen a saquear el país y el bolsillo de los trabajadores. Cualquiera de las dos variables que lo hayan llevado a tomar la decisión de integrar cambiemos hablan muy mal de su sentido de la responsabilidad o sus convicciones: Si utilizó a la Alianza de Macri como medio para llegar al poder municipal muestra a las claras que pone su interés individual por sobre los intereses de la patria, que le importó un bledo el destino del país con tal de hacerse con el poder; y si su decisión se basa en que comulga ideológica y políticamente con el Macrismo es parte del Plan criminal que va a llevar a la destrucción y la miseria a 40 millones de Argentinos.
No se puede hablar de austeridad en las arcas municipales y aumentarles un 54% el sueldo a sus funcionarios, mientras recorta en el transporte escolar, las ayudas alimentarias, de vivienda y salud. Escuchamos mucho hablar sobre los barrios y los servicios pero hasta ahora las máquinas han estado al servicio de unos pocos.
Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia, la Argentina era un infierno, un país endeudado, con millones de desocupados, la mitad del pueblo subsumido en la pobreza, industrias quebradas y escuelas abandonadas. Pero no vino a decir que como le habían dejado un desastre los trabajadores tenían que ser más pobres. Se arremangó, se pudo a trabajar, puso lo que ponen los patriotas y saco a su pueblo adelante. Lo que los ciudadanos nos debemos preguntar para poder hacer un análisis crítico de nuestra realidad es si vivíamos mejor o peor antes del 10 de Diciembre, lo demás es puro cuento.
Francisco Bruno
Movimiento Evita-FPV