Este 8 de febrero se cumple el primer aniversario del asesinato de Úrsula Bahillo, sucedido en el partido de Rojas en 2021. El hecho fue caratulado como femicidio por estar cometido por su expareja, el policía Matías Ezequiel Martínez que por entonces tenía 25 años de edad, y Úrsula 18.

Una convocatoria demandará justicia completa por el caso, reclamando la destitución de dos jueces. Un recuento de los hechos y porqué el crimen fue un femicidio anunciado.

Femicidio y pueblada

El asesinato se conoció la noche de ese 8 de febrero, cuando las redacciones volvían a escribir en los títulos la palabra «femicidio». Las primeras características del hecho evidenciando la sangre fría con la que el agresor procedió, causó un dolor social que terminó en una pueblada. Esa explosión de ira social conmovió a Rojas, la zona y al país. Días después los padres de Ursula fueron recibidos por el presidente la nación.

¿Por qué? Entre las investigaciones que realizaron las redacciones, se destacó la de este medio de comunciación, titulada «El femicidio anunciado de Úrsula Bahillo» porque quedaba claro, con apenas reunir una poca información, que no era difícil imaginar el desenlace. Muchas personas conocían lo que sucedía y las instituciones contaban con fehacientes pruebas del perfil de Martínez, a quien Úrsula se encargó de denunciar.

Pero no es solo eso. Era otro caso donde la inacción de las autoridades y el encubrimiento policial se cobraban una víctima. Incluso, el testimonio de una expareja de Martínez con quien Úrsula mantuvo contacto, sirvió para graficar la total impunidad con la que el agresor se podía manejar.

Como muchos otros casos, el de Úrsula fue un femicidio anunciado, y por tanto, previsible. Eso llevó a la pueblada que incluyó innumerables destrozos así como un accionar violento, injustificado, de la policía que intentaba «pacificar» la protesta. Recién entrada la madrugada la pueblada cesó.

Violencia institucional

El testimonio que proporcionó una expareja dejó en claro que Martínez tenía un buen cúmulo de denuncias, incluso una que lo acusaba de haber violado a una menor con discapacidad, lo que fue probado. Pero principalmente, el agresor pudo seguir actuando por la omisión de las instituciones de la ciudad que, como denunció la familia, se corrieron de su papel y no protegieron a la víctima.

La madre relató a los medios con amplios detalles de qué forma evadieron sus responsabilidades el juez de Paz y la Comisaría de la Mujer. El primero al decirle que no había peligro, en el segundo caso negándose a tomar una denuncia el fin de semana por ser día no laborable. Esos días previos fueron de intenso miedo y paranoia.

A esto quedaría sumarle la soledad en que intentó resolver este problema la propia Úrsula. La incomprensión es siempre un mal extendido en estos casos que llevó a la víctima a ocultarle a su familia el calvario en el que vivía.

Justicia incompleta

Martínez fue llevado a juicio oral y encontrado culpable. Se le dictó la pena máxima de prisión perpetua e inhabilitación total por el crimen doblemente agravado. Sin embargo, la madre de Úrsula, Patricia Nasutti, considera que hay justicia incompleta en este caso.

Entrevistada por Canal 10 de Junín, explicó que a su entender «eran evitable, el Estado y el sistema mataron a mi hija» dijo agregó que hay dos jueces que deberían ser destituidos de sus cargos. Uno es el caso del juez subrogante de Mercedes, Marcelo Romero, que pudo haber puesto tras las rejas a Martínez el 5 de enero luego de la declaración en cámara gesell que prestó la persona con discapacidad que había sido víctima de abuso sexual. «Si hubiese abierto este juez de Mercedes, Úrsula estaría con nosotros».

El otro es el juez de Paz de Rojas, Luciano Callegari, quien también le habría negado el acceso a la justicia al no recibir la denuncia (en los días previos) por la violación de la perimetral que había solicitado Úrsula. Este juez al exhibirle fotos donde violaba la perimetral «me decía que era una persona que no era peligroso«, dijo Patricia a Canal 10. «Quiero la destitución de esos dos jueces», señaló.

Para poyar el reclamo de destitución se realizará este martes 8 una concentración y misa en Rojas que se espera convoque a una gran cantidad de personas.

¿Y la prevención es posible?

Ninguna justicia devolverá el sufrimiento que esta muerte deja a la familia, sus amigos y la sociedad. Pero debemos preguntarnos acerca de las posibilidades de prevenir estos hechos, porque todos los recursos que apunten a castigar a los femicidas serán costosos y nunca alcanzarán a conformar un verdadero acto de reparación. ¿Es posible?

Sin ánimos de ser concluyentes apuntamos que es necesario trabajar invirtiendo energías en la prevención de la violencia de género en todas sus formas, así como en la construcción de dispositivos y redes eficaces en el ámbito del Estado para contener a las víctimas cuando la violencia está en curso.

En esto es clave fomentar el respeto por los otros y sus decisiones, así como promover la salud mental. Todo ello es posible si se invierte en la educación bien entendida, y especialmente mediante la educación sexual integral.