Este jueves se aprobó en la Cámara de Senadores el refinanciamiento de la deuda externa que el gobierno nacional pidió al Fondo Monetario Internacional. Con un trámite exprés, el entendimiento, acuerdo o pacto fue aprobado en una semana por las dos cámaras según marca la ley de endeudamiento soberano que requiere del visto bueno del poder legislativo para poder endeudarse.

La votación de anoche en el Senado resultó similar a la Cámara de Diputados, con gran apoyo de Juntos por el Cambio, y el voto dividido del Frente de Todos, que tuvo 13 senadores que votaron en contra y 3 que se abstuvieron. En total, a favor hubo 56 votos, de los cuales Juntos aportó 32.

Mientras que en el Frente de Todos los discursos rondaron en torno a que «no había nada que festejar» y que se trataba del «mejor acuerdo» para «evitar el default».

Entre quienes votaron en contra se destacaron los senadores más cercanos a Cristina Fernández: Anabel Fernández Sagasti, Oscar Parrilli, Juliana Di Tullio, Mariano Recalde pero también hubo de otros sectores del peronismo como el caso de la senadora Eugenia Catalfamo y del senador Adolfo Rodríguez Saá de San Luis. De la misma forma lo hicieron María Inés Pilatti Vergara y Nora Giménez, a quien Cristina Fernñandez escuchó atentamente.

«Yo no voto en contra de mi gobierno, no voto en contra de mi presidente ni de la vicepresidenta, no voto en contra del FdT, al que pertenezco. Voto en contra de la ilegítima deuda que tomó Mauricio Macri y en contra del FMI que, una vez más, vuelve a tratar de imponer los ciclos de endeudamiento, crisis social y fuga de capitales. Coincido con varios en que las deudas se honran, pero las estafas se denuncian y se condenan», sostuvo en su intervención la senadora Nora Giménez.

Finalmente fue materia de especulación el hecho que la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado se levantara repetidamente de la sesión y participara solo para escuchar a senadores de su interés. Mientras tanto siguió el desarrollo de la sesión desde su despacho.

Una «disyuntiva artificial»

Terminada la votación los senadores que votaron en contra circularon un documento donde cuestionaron el acuerdo alcanzado, al cual se refirieron como un «pacto». El título fue «Crecer para pagar: ¿es posible con este pacto?» y con el epígrafe «Los muertos no pagan las deudas«, frase que le pertenece a Néstor Kirchner.

Allí afirmaron que «más allá de la aprobación de esta renegociación, creemos que el centro del debate político en Argentina es cómo tener un programa de crecimiento económico que supere las recetas fallidas de programas de ajuste y recesión». Agregaron que «la economía argentina necesita fuertemente crecer. Y no es cualquier crecimiento: necesita crecimiento con distribución» ya que «la deuda social es más grande que nunca y no podemos mirar a un costado.»

Además desconfiaron de cuál fuese el resultado de este pacto ya que «el propio Fondo está admitiendo que será imposible cumplir con las metas propuestas a la Argentina» en referencia a que recientemente pronosticó que la inflación será más alta. «El pacto indica que, si la Argentina crece por encima de las metas fijadas, todo excedente en la recaudación no podrá ser reinvertido en más inversión pública como escuelas, rutas, satélites o vacunas», escribieron.

El documento en sus conclusiones considera que el argumento de «es esto o el caos» es una disyuntiva artificial y que «de aceptarse, se transformaría en la derrota no solo del pueblo que sufrirá las consecuencias de este pacto, sino que, además, se transformaría en la dolorosa derrota de La Política, verdadera y vital herramienta que desde nuestras bancas pero fundamentalmente como militantes, no estamos dispuestos a aceptar.»

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