El 7 de febrero de 2022 se cumplieron 10 años de un hecho que significó un gran aporte a la causa popular de Malvinas. En 2012 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la desclasificación del informe Rattenbach, el cual certificó torturas y vejámenes cometidos a soldados en Malvinas. Este informe había sido solicitado por las propias fuerzas al general Benjamín Rattenbach para que evaluara el rol de oficiales y suboficiales durante el conflicto del Atlántico Sur. Luego fue declarado bajo secreto de Estado por los integrantes de la Junta Militar. Dialogamos con el licenciado en Ciencias Políticas Juan José Chazarreta, militante del MOCASE Vía Campesina, autor del libro Operación Chacabuco e integrante de la comisión que brindó apoyo en la desclasificación de estos archivos.
Chazarreta pone a la desclasificación como un ejemplo de política de Estado en la causa Malvinas: «tomó la decisión de desclasificar el informe Rattenbach que es un informe de la Comisión Evaluadora de las tres fuerzas sobre el conflicto armado de Malvinas».
En el informe, explicó, «la comisión evalúa la estrategia militar, la política llevada a cabo por la Junta en el Atlántico Sur. Como ese informe fue lapidario para la conducción de las fuerzas armadas, la dictadura como hizo en otras cosas y su plan sistemático de desapariciones, (el general) Bignone ocultó el informe porque no le beneficiaba, era muy crítico a la conducción de Malvinas».
Cristina desclasifica ese informe y «yo trabajaba en la Dirección Nacional de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, en lo que es el trabajo de archivo para los juicios de lesa humanidad, específicamente en el Ejército Argentino», cuenta Chazarreta que hace un largo tiempo se encuentra radicado en Santiago del Estero.
Sobre Malvinas se empezó investigando qué había en el archivo del Ejército, como parte de una «política de memoria que hizo la gestión dando apoyo a la Comisión que desclasificaba el informe Rattenbach y empezaron a aparecer un montón de cuestiones que tienen que ver con violaciones a los derechos humanos en Malvinas. Estamos hablando de torturas de oficiales y suboficiales a la propia tropa, algo inédito en la historia de las guerras«.
Lo que refleja el informe son «vejámenes muy similares a los que vivían militantes populares en la dictadura en los centros clandestinos de detención».
Con respecto a su trabajo entonces explicó que «dimos apoyo a la Comisión que desclasificó y después de eso en base a la información y la documentación que había, Cristina decide desclasificar la información completa que había de Malvinas en los archivos, entonces nosotros vimos cómo la violación de los derechos humanos en Malvinas estaba en los mismos documentos de las Fuerzas Armadas. Todo lo que los soldados contaban de la falta de alimentos pero que había alimento en las islas, las torturas en los estaqueamientos, las golpizas, hasta incluso fusilamientos a propio soldados«. Todo eso «estaba certificado en los propios archivos, entonces dio un valor que tiene que ver con la verdad, de lo que había pasado realmente en las islas».
«Fue una política pública totalmente acertada que develó un montón de secretos que habían ocurrido en las islas y que los documentos de la Fuerza estaban demostrando. Esto llevó a que la documentación sea utilizada en los juicios, porque hay un juicio que se está dando en los tribunales de Tierra del Fuego, fue de un gran soporte y también utilizado en instancias internacionales».
Más aun significó para los excombatientes: «a estos excombatientes que sufrieron estos vejámenes en Malvinas, (porque) la sociedad en general, no toda, no creyó que esto hubiere pasado. En los 80 y 90 (el descreimiento) fue muy fuerte, incluso en el año 2000, se llega con ese peso muy fuerte que no le creían lo que habían pasado, lo que habían sufrido en Malvinas. Esto de alguna forma viene a certificar a poner un sello de verdad que ya mas nadie podrá decir lo contrario. Eso fue muy importante».
Eso fue todo un cambio, que desacreditó la versión que los represores brindaban de Malvinas: «porque no nos olvidemos que la misma gente que sale de los centros clandestinos de detención, de la ESMA, Campo de Mayo, El Vesubio, Puente 12, fue la que condujo la guerra de Malvinas, hay más de 100 militares, oficiales y suboficiales que condujeron la guerra que están procesados por delitos de lesa humanidad. Son esas mismas bestias que condujeron la guerra. No se podía esperar otra cosa de ellos».
Esto también enojó mucho a los militares porque ya no podían decir que esto no había pasado, antes era una palabra contra palabra: ‘los excombatientes dicen, nosotros lo negamos’, pero ahora se acabó el asunto porque está plasmado ahí».