El movimiento por los derechos de las mujeres en Argentina gana terreno en todos los ámbitos. Las injusticias, los sufrimientos y el dolor que antes era una vergüenza social y condenaba a la marginación hoy pierde lugar. Grandes movimientos y casos han generado condiciones para que muchas mujeres puedan empezar a desandar el dolor de los abusos sexuales y otras situaciones ultrajantes a las que son condenadas por los hombres incluso siendo niñas.

En Chacabuco esto ha sucedido con el caso de las primas que denunciaron a su abuelo de haberlas abusado sexualmente cuando eran menores de edad. Les tomó casi una década denunciar lo sucedido, pero gracias al acompañamiento de familiares, amigos, vecinos y organizaciones eso se visibilizó en tres marchas desde principio de enero que pidieron justicia e incluso acusaron a los hijos del agresor de formar parte de una trama de encubrimiento.

En esta entrevista con la titular de la Comisaría de la Mujer, Daniela Montes, nos cuenta que a partir de estas marchas se han recibido muchas más denuncias: «se ha registrado un aumento de estos casos«. Puntualmente dio detalles de nuevos casos denunciados este fin de semana que circularon con intensidad por las redes sociales.

La responsable de la Comisaría además informó cómo se trabajó con la causa de las dos primas y en general cuál es la metodología de trabajo cuando se recibe una denuncia. A su vez informó que en Chacabuco hay una ayudantía fiscal específica para los delitos contra la integridad sexual, dependiente de la fiscalía que conduce la doctora Paola Luján.

-¿Hubo otras denuncias de abuso sexual de jovenes que han denunciado en Chacabuco abusos sexuales cuando eran niñas?

-Sí, en este último tiempo ha habido un aumento de casos en cuanto a denuncias de delitos contra la integridad sexual de todo tipo. El delito contra la integridad sexual abarca no solo la penetración sino todo tipo de tocamiento o comportamiento impropio sobre el cuerpo del otro y, bueno, sí, en este último tiempo se ha registrado un aumento de estos casos, sobre todo jóvenes que al día de hoy son mayores de edad y relatan episodios de abuso de cuando eran niñas.

-Hay un caso que es de público conocimiento en Chacabuco que ya se hicieron tres marchas contra un hombre que está imputado de 80 años. ¿Pero este fin de semana hubo otros dos casos?

-Exactamente. Por lo general cuando se visibilizan a través de las marchas estas cuestiones relacionadas con los abusos, que nosotros los llamamos «históricos» por el tiempo transcurrido entre el hecho y el momento en que se pone en conocimiento de la justicia, esa visibilización, esa sensibilización, esto de contarle a las potenciales víctimas que no les pasa a ellas solas, sino que hay un montón de mujeres que atraviesan por esas situaciones, se genera ese empujón, de cerrar esa idea de venir a denunciarlo porque es algo que alivia o de alguna manera saca un peso más de la mochila de quien ha transitado por este tipo de situaciones. Entonces es como querer empezar a darle un cierre a algo que lastima, que sigue lastimando. Un abuso que ha ocurrido hace 10 años atrás no es una caída de un árbol que ‘me quebré un brazo, me enyesé, soldó el hueso y ya está’. El abuso hace muchísimo daño, sobre todo desde lo psicológico y desde las vinculaciones sociales, entonces, mientras yo no pueda poner en palabra eso que me pasó me estoy haciendo daño internamente. Entonces es importante esto que a través de las marchas, a través de las campañas preventivas que se hacen, esto de concientizar y de hacerle entender a las jóvenes que no están solas en esta situación, de que hay muchas que han pasado por lo mismo y de que ese paso tan importante de hacer la denuncia es un paso, que tiene que ser seguro y sostenido. Pero que cada una tiene su tiempo y nadie se tiene que sentir, ninguna víctima se tiene que sentir cuestionada. Porque muchas veces nos ha pasado esto de escuchar en el común de la gente decir ‘y pero 10 años después se les da por denunciar’. Sí, porque son los tiempos de ella, porque la víctima denuncia cuando puede, no cuando quiere. Es una construcción interna muy profunda antes de animarse a dar el paso de hacer la denuncia.

la víctima denuncia cuando puede, no cuando quiere

Daniela Montes

-Y estas dos denuncias que hubo en el transcurso del fin de semana son dos casos diferentes, ¿Qué nos podés contar de las denuncias?

-Las denuncias fueron realizadas acá en Comisaría de la Mujer, obviamente que automáticamente nosotros al momento que la persona ingresa manifestando una denuncia de este tipo de delitos nos ponemos en comunicación con la fiscalía especializada de delitos contra la integridad sexual. Existe una fiscalía que se ocupa específicamente de este tipo de delitos que está a cargo de la doctora Paola Luján, del Departamento Judicial Junín, que tiene en Chacabuco una persona de referencia instalada en la ayudantía fiscal. No se relaciona con lo que es la fiscalía de avenida Saavedra, es independiente y que hace todo el trabajo con la víctima en Chacabuco para evitar que la víctima tenga que viajar… hay cosas que inevitablemente se realizan en Junín, llámese cámara Gesell, evaluación psicológica, algún otro tipo de diligencia que la fiscal considera necesario, pero todas las otras diligencias como declaraciones ampliatorias, que la víctima por ahí en un primer momento cuenta una parte y después empieza a recordar más cosas, entonces todo eso que es importante para aportar a la causa y para evitar que la víctima tenga que estar viajando a Junín cada vez que acontece un episodio de esta naturaleza es cuando nosotros trabajamos con la ayudantía fiscal de Chacabuco, pero todos esos casos ni bien ingresan se les da intervención a la Fiscalía de Junín, y todos los hechos que son denunciados son hechos con diferentes víctimas y diferentes agresores.

-¿Estos hechos se dan dentro de la familia o vínculos cercanos?

-No necesariamente, sí hay… No puedo hablarte de los hechos puntuales pero generalmente no es un extraño quien comete este tipo de actos. Sobre todo en el abuso sexual infantil (ASI) quien abusa de un niño o niña, o adolescente ya, es una persona que es del círculo familiar o es muy cercana al círculo de ese niño o niña porque el ASI implica el ganarse la confianza, el ser como un referente de la familia, el abuso no se da por sí solo en un solo acto. Quienes trabajamos en esto sabemos que hay un trabajo de seducción o de intimidación, o de amenaza en el peor de los casos, previo al acto en sí donde se asegura que ese niño no cuente lo que pasa, lo que está pasando o lo que va a pasar.

-Sobre este último caso que ha habido tres marchas en Chacabuco ¿Hay algún avance? ¿Cómo lo están tomando de la Comisaría al tema?

-Nosotros en todos los casos, no solo en este que ha motivado las marchas, sino en los últimos que han ingresado lo que hacemos desde la Comisaría es generar las primeras actuaciones, las que nos pidan desde la Fiscalía y automáticamente pasar todo a Fiscalía, nosotros no nos quedamos con ese material mucho tiempo en la Comisaría.  Después las necesidades que van surgiendo se van haciendo por separado y se van mandando como para evitar que la causa quede demorada en la Comisaría de manera innecesaria porque uno puede seguir trabajando igual sin necesidad de tener la causa en la Comisaría. Lo que tenemos es el equipo interdisciplinario que permanentemente está haciendo el seguimiento de las víctimas, las está llamando. Todas las víctimas están con asistencia psicoterapéutica, tengo entendido que ya venían estas chicas de manera privada con tratamiento, otro se sugirió a partir del momento que formuló la denuncia. El trabajo, o sea la idea, es que este espacio es un espacio para todas las víctimas al que puedan acudir haya una denuncia en el medio o no. Es un espacio de consulta, de contención y de atención, y de derivación en el caso que corresponda, y no necesariamente cada vez que vengan tienen que denunciar o decir algo. Para eso esta el gabinete interdisciplinario que es el que las atiende cuando ellas vienen con alguna demanda específica. No es constante porque sino es como invadir sus espacios personales y todo el proceso que viene posterior hasta la denuncia. La denuncia no es el cierre de nada, es la apertura a un montón de otras cuestiones. Si bien el contacto no es diario y permanente por una cuestión de no invadir, tratar de recuperar una estabilidad lo más rápido posible, cada dos o tres días se las llama y obviamente que ellos tienen los teléfonos de la Comisaría y de llamarnos la cantidad de veces que sea necesario y devolvemos los llamados con todas las inquietudes que surjan o con todo lo que tiene que ver. En cuanto a la evolución de la causa, se la adueña y quien dirige y tiene la conducción es la fiscal doctora Paola Luján y es ella quien conoce sabe sobre el avance de la causa. Nosotros nos ocupamos de lo que es la asistencia de la víctima, o sea, la instrucción de la causa pasó a manos de la fiscalía.

la víctima no tiene responsabilidad de nada y bajo ningún punto de vista debe sentirse cuestionada

Daniela Montes

-Esto da también como un efecto a que a partir del primer caso donde hubo manifestaciones en Chacabuco también pudieron salir otros casos, no sé si esto es común…

-Lo que yo siempre les pido a los medios de comunicación, a las redes sociales, a las agrupaciones, a los colectivos, es esto de reforzar permanentemente que lo que le pasa a una víctima no es un hecho aislado, no es un hecho solitario, y no es responsabilidad de ella, sino que tenemos que desmitificar permanentemente esto. Quien agrede, quien acciona, quien tiene que dar la explicaciones a la justicia es el agresor, no la víctima. Su palabra lo indica, la víctima no tiene responsabilidad de nada y bajo ningún punto de vista debe sentirse cuestionada por lo que le pasó porque ella no lo generó a eso, el que lo genera es otro, es el otro, el que tiene que dar explicaciones. Nosotros estamos permanentemente para hacer entender eso y siempre dejo este pedido de colaboración a los medios, a las agrupaciones, a las redes para que bueno cuando tengan este tipo de casos cuenten con el espacio de la Comisaría. 

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