El día martes se conoció que una vecina que trabaja como moza en una céntrica confitería de Chacabuco publicó en su cuenta de Facebook que se cansó de los acoso que sufría en su trabajo y realizó la denuncia.

La Posta dialogó con la victima, Eugenia Gardella, estudiante próxima a recibirse como docente para conocer cuál fue la situación.

Según contó se trata de un importante cliente de renombre que desde que empezó a trabajar allí la acosa, y ahora decidió denunciarlo. «Creo que la medida que tomo es simplemente por una cuestión de ética hacia mí, porque después una es la que siempre queda mal», expresó.

Según relató, como no obtenía respuesta de sus superiores, había optado por no atender a la persona que se estaba sobrepasando. «Opto por no atender cuando una persona se sobrepasa, ya sea faltándome el respeto, agrediéndome verbalmente o en este caso que me acosaba diciendo vulgaridades o fuera de lugar hacia mi persona y no lo toleraba», manifestó.

Sobre la decisión de no atenderlo dijo que «no podía cumplirla al pie de la letra porque tengo cuatro encargados y a veces en diferentes turnos me tocaba atenderlo igual».

«Me tomó del brazo y quería hablar conmigo atrás»

«El viernes pasado este señor se dirige al lugar como todos los días, yo no lo atiendo, lo atiende mi encargado. Se acerca y escucho que empieza a señalarme y hablar de mí. Entonces me acerco y le comento que estoy escuchando y no hace falta señalarme, que si tenía algo que decir sobre mi persona lo podía hacer delante de mí«, relató.

«Mi jefe me advierte que vino a pedir disculpas y que no me altere», cuando «El señor se dirige a mí y me dice que todo lo que tuvo que decirle a mi jefe ya se lo dijo y me tomó del brazo y me dijo ‘con vos voy a aclarar las cosas acá atrás’ y mi respuesta fue ‘sáqueme las manos de encima, no me toque’ y que todo lo que tenga que decir lo va a aclarar delante de mi jefe», explicó.

En esa situación contó Gardella, el hombre se victimizó expresando que él siempre se preocupaba por ella, diciendo que la admiraba como mujer y que nunca en la vida le había pasado algo así.

Él me dijo «que no es de faltarle el respeto a nadie, mucho menos a una mujer. Lo que pasa que ahora esto es la moda del acoso y no se le puede decir nada a nadie», le habría dicho. Y le aseguró que no iba a dejar de ir ya que contaba con el consentimiento del jefe quien manifestó que no permitiría que este hombre deje de asistir al lugar.

¿Tanto por eso? o ¿sos feminista?

El cliente en un momento le pidió disculpas por si algo la había molestado y le comentó al jefe del establecimiento lo que había dicho: «Fue una pavada, estaba leyendo el diario y ¿qué te molestó? ¿Qué te haya comparado? Si, dije que es bonita, es muy sexy, que tiene una cola increíble, una cola despampanante. Estaba mirando la foto de Lali Espósito, ¿tanto por eso? o ¿sos feminista?».

Inmediatamente el cliente acosador procedió a retirarse, pero sin darle a Gardella la oportunidad de ser escuchada, a lo que su jefe le pidió «que deje el tema ahí», a lo que se negó: «Yo no toleraba más esa situación».

Le transmitió al cliente su intención de radicar la denuncia, quien le dijo «tomá la medida que vos quieras». «Mi jefe no defendió la postura, entonces me dirigí hacía afuera, mientras me pedía por favor que vuelva, que no haga escándalo, no grite», contó.

El jefe fue testigo y la desmintió

«Como no encontré a ningún oficial sobre la Avenida Alsina, me dirigí hacía la garita de la plaza San Martín y fui a buscar a las chicas que se encontraban ahí», dijo.

Eugenia explicó la situación a la policía y la acompañaron hasta el lugar de trabajo, pero al momento su jefe y testigo de la situación desmintió la versión de Gardella. Por tal motivo, le sugirieron que haga la denuncia en la Comisaría de la Mujer.

Asimismo comentó que cuando planteaba esta situación ante sus jefes, nunca le respondieron. «Si me querían echar, que me podían echar, no había problema, pero yo no iba a permitir que se me faltara el respeto así«.

Y consignó, «Me da mucha bronca, me da mucha impotencia y siento mucho dolor porque no creen en mi palabra, no me escuchan».

Eugenia destacó la atención que tuvo en la Comisaria de la Mujer e informó que la primer medida es una cautelar donde indica que el cliente no puede acercarse a ella y si bien puede concurrir al lugar de trabajo debe ser en el horario que ella no esté.

Para finalizar dejó en claro que lo único que quiere es respeto. «No quiero líos. Quiero respeto. Lo exijo. No es «la moda del acoso», no es «feminismo». Son mis derechos».