Alberto Fernández durante el discurso de asunción que pronunció ayer como presidente de la Nación, hizo una clara referencia a una problemática que preocupa sobremanera a nuestra sociedad: la violencia contra las mujeres.

Así dijo: «En estos próximos 4 años haré todos los esfuerzos necesarios para que estén en un primer plano los derechos de las mujeres. Quiero ponerme al frente de sus demandas. Buscaremos reducir a través de diversos instrumentos las desigualdades género, económicas, políticas, y culturales. Pondremos especial énfasis en todas las cuestiones vinculadas al cuidado, frente de muchas desigualdades, ya que la mayor parte del trabajo doméstico recae sobre las mujeres de la Argentina. Ni una menos debe ser la bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república».

Esto despertó una fuerte ovación en el recinto. Todavía no hay precisiones de cómo serán las políticas dirigidas para ese fin. Hasta el momento, las palabras de Fernández fueron de concordia y estuvieron apuntadas a sensibilizar a los argentinos en la lucha contra el hambre y los diversos padecimientos económicos ha que ha dado lugar la crisis que creó el gobierno de Mauricio Macri.

Otro punto que llamó la atención fue un acto fallido de Fernández por la noche, cuando junto a Cristina Kirchner hablaron en Plaza de Mayo. Allí quiso decir «volvimos y vamos a ser mejores», pero dijo «volvimos y vamos a ser mujeres». Automáticamente se corrigió.

Pero como las redes no dejan pasar una, automáticamente comenzaron a hacerse miles de conjeturas (la más grande fue el saludo de CFK y Macri). La escritora Claudia Piñero escribió en Twitter: «Hermoso fallido de @alferdez “volvimos y vamos a ser mujeres”. Hermoso!».

Pero ya hay polémica por el feminismo en el nuevo gobierno que encabeza Alberto porque en tan amplio frente es imposible encontrar todas coincidencias. Uno que puede generar conflicto es el proyecto sobre legalización del aborto.

También hay diferentes posiciones sobre otros temas como el caso del senador Alperovich, quien recientemente fue denunciado por us propia sobrina de abusarla sexualmente.

En un entrevista aparecida hoy en el portal Infobae, un miembro de la alianza de gobierno, el dirigente social Juan Grabois, habló sobre su último libro. Allí sugirió que hay cierta hipocresía en la relación entre la política y el movimiento feminista.

«Hay algo de elitismo en la estética del progresismo que a mí me genera cierto rechazo. Es decir, hay algo que no se puede compartir, que las pibas no pueden compartir con las pibas pobres. Hay un libro que se llama La revolución de las hijas. Si vos ves la tapa del libro son todas pibas blancas, lindas, con todos los dientes. Que además no lo escribió ninguna hija, lo escribió una señora grande. Que es muy buena mina, eh. Pero hay una estética de clase. El componente popular desaparece. A mí eso me genera rechazo. También me molesta que en esa estética se trasunte un nivel de hipocresía grande, sobre todo en los hombres, que se ponen 58 pañuelitos, pero después están abusando a la secretaria. En la política eso es una constante. O sea, a más deconstruido externamente más abusador. La verdad estoy un poco cansado de, digamos, extremismo verbal y después en la práctica aparece Alperovich y cierran todos el orto hasta que algún jefe político dice algo».

Otro punto desde el que mirar el tema en el nuevo gobierno es a través del gabinete de Axel Kicillof. El electo gobernador, que está a punto de asumir, tomó la iniciativa de dar protagonismo a varias mujeres, son 6 las mujeres con ubicadas entre los principales cargos y en áreas estratégicas.

Lo bueno es que la multiplicidad de posturas dentro de la alianza de gobierno seguramente llevará a un enriquecimiento del debate y a que el tema esté en discusión.

De cualquier manera, aquello que determinará la orientación de este gobierno son las acciones que se lleven adelante para lograr la igualación de derechos entre todos los géneros.