A horas del cierre de listas, la campaña electoral se pone cada vez más ardiente. Por estas horas comienzan a visualizarse materiales de todo tipo para presentar no solo plataformas e ideas, sino caras y nombres de candidaturas, que en la política moderna es, guste o no, uno de los factores más preponderantes a la hora de decidir un voto.

Tras la confirmación de su candidatura, el intendente Víctor Aiola desplegó junto a sus militantes una serie de carteles y pasacalles en la ciudad, además de las clásicas pintadas en las paredes. Sin embargo, uno de esos carteles generó polémica por su ubicación.

En el playón del edificio que comparten la Escuela Secundaria N° 4 (ex Nacional) y el Colegio Normal, puede verse un pasacalles de gran tamaño con la leyenda «Ahora Aiola», y el logo de la Unión Cívica Radical. Un poco más bajo, y en menor tamaño, también aparece el logo de Cambiemos, que ahora pasó a denominarse «Juntos por el Cambio».

El polémico cartel, ubicado en una zona siempre buscada por los partidos políticos

Al lugar, diariamente, asisten cientos de alumnos y alumnas para realizar deportes en ese sitio que los establecimientos públicos comparten.

Lo curioso, además, es que el propio gobierno de Cambiemos fue quien hizo campaña en años anteriores apuntando a sus opositores por hacer campaña política en ámbitos no correspondidos, como dependencias públicas o educativas. Pero rara vez se predica con el ejemplo.

Cabe recordar que los establecimientos educativos son uno de los ejes de la prensa del intendente Víctor Aiola. Con una frecuencia cada vez mayor, el jefe comunal junto a un grupo de funcionarios visitan escuelas y jardines, y no falta oportunidad para fotografiarse con docentes y alumnos, que se convierte rápidamente en gacetilla para distribuirse entre los medios locales y regionales. Otra estrategia son las fotografías y videos de los niños y niñas que visitan asiduamente el despacho del intendente con visitas escolares guiadas.

En épocas de campaña, y más aún cuando la situación no pareciera tan clara como para el oficialismo, el «vale todo» predomina entre los dirigentes y candidatos. En este caso, la utilización de escuelas públicas para hacer marketing y campaña política en favor del candidato que buscará la reelección.