Una de las dudas que deja el femicidio de Gabriela Scalise es precisamente, cómo pudo ocurrir. Porque su agresor, Adrián Cipolla, cuentan los vecinos, fue visto por todos por más de una hora cómo esperaba afuera de su casa. Todos sabían quién era y que ejercía violencia contra Gabriela. Nadie alertó. Así es el testimonio que los vecinos dejaron.

Pero ahora se conoció un dato que faltaba confirmar, y fue revelado por Mauro Z, el periodista policial que comparte las tardes con Verónica Lozano por Telefé. Según el periodista, Gabriela se acercó a la Comisaría de la Mujer donde recibió asesoramiento.

Pero el dato que reveló la fiscalía, y aquí sí es información oficial, es que sobre el episodio de violencia de género del que los vecinos dieron testimonio, se trataba de una «circunstancia que no había sido puesta con anterioridad en conocimiento del Ministerio Público Fiscal mediante vía alguna, por lo cual no existían investigaciones en curso ni restricciones ordenadas».

Esto es: que Gabriela asistió a una asesoría en la Comisaría de la Mujer, pero que ese asesoramiento no se plasmó en una denuncia. Por ello la fiscalía se limita a decir «no había sido puesta con anterioridad en conocimiento del Ministerio Público Fiscal».

Esto es sumamente grave, ya que este asesoramiento se produjo en el momento de mayor violencia de Cipolla hacia Gabriela. Lo que en otras palabras significa que el consejo que recibió la llevó a no hacer la denuncia.

Esto se conoce ahora porque la situación de Gabriela fue extrema, en todo sentido. Violencia extrema, visibilidad extrema (todos lo sabían) y falta de respuestas de las instituciones. Es decir, la soledad de ser una mujer violentada por un hombre.

Según informó Mauro Z en la Comisaría de la Mujer, que encabeza Daniela Montes, fue atendida además por un equipo de «expertos» interdisciplinarios. Aquí no se deslinda si se refiere al propio equipo de la Comisaría o al área municipal de la mujer que conduce Verónica Izurieta.

Desde la comisaría de la mujer no hubo comunicado alguno. Esta institución se niega a proveer información sobre los casos de violencia de género sosteniendo que es confidencial, como ha sucedido en otros casos.

En el mismo sentido, desde el área de la Mujer no respondieron la consulta de La Posta. Por lo que al silencio de los responsables de la seguridad de Chacabuco, del intendente municipal, de la fiscalía en su conjunto (que sólo emitió un parte), también se le suma el de otros actores institucionales.

Ahora la pregunta es: ¿esta omisión o negligencia frente a la existencia de un caso gravísimo de violencia, no debería ser (al menos) investigada? Desde esta mirada el caso no quedaría cerrado con el suicidio del agresor.

Por el lado de la víctima, ésta siempre concurre con miedo a este tipo de aesoramientos y consultas. Por lo que decir «fue y no hizo la denuncia» no sería una explicación, se supone que el equipo interdisciplicario debería «asesorar» a la víctima, precisamente. Además, explicaron quienes conocen del tema a La Posta, los funcionarios públicos que trabajan sobre este tema tienen el deber de «actuar de oficio» es decir, impulsar ellos mismos la denuncia sin el consentimiento de la víctima por considerar que se encuentra en un severo riesgo.

Entre quienes se dedican a asesorar mujeres en esta situación el episodio es recurrente. Según relataron a La Posta, «tenés que tener una decisión muy firme» para que «te tomen la denuncia, sino te preguntan y te preguntan, al rato la víctima ya está pensando que tal vez no fue buena idea».

Este profesional también resaltó que «cuando te toman la denuncia, nunca más nadie se comunica. Salís afuera, y si el tipo la está esperando la mata, porque ni te acompañan a la puerta. Esto en más de una oportunidad fue motivo de queja entre las personas que concurren. Ahora se habla porque pasó esto y a Gabriela la conocía mucha gente».

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