La semana pasada comenzaron las audicencias por el juicio en el que la expresidenta de la Nación Cristina Fernández, es investigada por supuestos sobreprecios en la obra pública con el objetivo de desviar fondos públicos.

La causa, que es ampliamente cuestionada por la poca transparencia con la que se manejaron los miembros del poder judicial, está en la etapa donde se leen los requerimientos. Como se trata de un juicio oral, los acusados pueden tomar la palabra en cualquier momento del proceso. Cristina, durante la semana pasada dio muestras de querer hacerlo. Como dicen, «se salía de la vaina».

Aunque fue autorizada para ausentarse de la lectura del requerimiento de elevación a juicio oral, la expresidenta igual estuvo en Comodoro Py.

En el transcurso de hoy fue confirmado por Carlos Beraldi, su abogado, que la exmandataria hablará y dará sus razones.

La defensa de la expresidenta sostiene que las obras fueron provinciales y que quienes debían controlar esas obras no tenían relación directa con ella.

La semana pasada la propia Cristina difundió una imagen con un organigrama que graficaba la «distancia» entre el poder ejecutivo nacional y los encargados de controlar las obras.

Una de las polémicas de la semana estuvo planteada por la recusación que la defensa planteó de uno de los peritos, situación que deberá resolver el tribunal oral, ya que la documentación que se presentó invalida su actuación imparcial, como se espera de los miembros de esos equipos.

El perito sería un ferviente antikirchnerista, según los tuit que se adjuntaron a la recusación, por lo que la defensa presume que obró con parcialidad.