En otro tramo tramo de la entrevista que Martin Carnaghi brindó a La Posta fue consultado sobre las declaraciones del intendente luego de la visita de Macri a O’higgins, y los roces internos de la UCR y el PRO que amenazan con separar sus caminos, Carnaghi realizó una fuerte caracterización del intendente Aiola.
-En cuanto al oficialismo, en los últimos días hubo varias declaraciones del radicalismo que parecieran intentar despegarse de las figuras de Macri e incluso de María Eugenia Vidal. ¿Qué opinión tenés al respecto?
-Que es todo mentira. Y los vecinos lo saben. Creo que nos toman el pelo. A mí me da vergüenza ajena lo que pasó con Macri en O’Higgins. Y el vecino sabe que Aiola es Macri. Pero no porque solamente porque lo dijo, sino porque gobierna como Macri. ¿Y por qué gobierna cómo Macri? Porque tenemos una paritaria municipal donde el trabajador pierde el 50% del poder adquisitivo entre el año pasado y este.
[En la edición dominical de hoy: Caso de Yahir: «Asistimos a cada pedido, por eso nos sorprende enterarnos por los medios» // Martín Carnaghi: «No vamos a renunciar a la renovación del peronismo» // Jorge Rachid: «Hoy está en juego la democracia» // 4 noticias breves de la salud en Chacabuco: insumos, programas y tercer ala // «Aiola es un Intendente que le tiene miedo a la gente» // Salud: el pediatra Merlo explica la enfermedad de manos, pies y boca// «Juntarnos las mujeres para que nos unamos»: un original viaje a Luján en bicicleta]
Todo lo demás es dejarnos en ridículo a los chacabuquenses. Porque estamos presos de esta interna de Cambiemos. Aiola es un comentarista de la realidad, pero no hace nada. Para un comentarista lo veo a Navarro, o a Leuco, si me da el estómago. Los chacabuquenses necesitan no un opinólogo de la realidad, sino un intendente que hasta el final de su mandato el 10 de diciembre de 2019, plantee cuáles son sus objetivos de gobierno, lo que va a intentar cumplir. Hoy, lo desconocemos. Creo que el Intendente sabe que puede perder, y lo demostró en la apertura de las sesiones ordinarias. Es un Intendente que le tiene miedo a la gente. Los cambios en la comunicación lo demuestran: no hay timbreos, no hay recorridas barriales, se va a una casa puntual. En las sesiones entró por la puerta de atrás y rodeado por setenta policías.