El Ministerio de Salud bonaerense hace poco más de un año y medio lanzó el programa «Quiero ser residente», el Ejecutivo provincial ahora comienza a recibir las devoluciones de los distintos municipios que se encolumnaron detrás de la iniciativa que tenía como objetivo resolver el déficit de especialistas médicos en ciudades del interior.
El gobierno que encabeza María Eugenia Vidal ofrecía, en consonancia con las gestiones comunales, vivienda, traslado, remuneración y, en algunos casos, hasta alimentación y vestimenta a médicos con intención de hacer patria y optar por hacer su residencia en distintas ciudades de siete de las doce regiones sanitarias provinciales.
Ahora, 16 meses después de su puesta en funcionamiento, desde los pagos chicos realizan observaciones y piden ajustar las clavijas en torno a su implementación, disconformes con los resultados, según un relevamiento comunal realizado por el la revista La Tecla.
La primera gran queja estuvo basada en que «Quiero ser residente» sólo sirvió para los distritos grandes. En ese sentido fueron varias las voces que se alzaron desde el interior.
Una de ellas corresponde al secretario de Salud de San Antonio de Areco, Juan Riera. «No tuvimos ningún postulante», contó. Otros de los distritos anotados para recibir médicos y que no lograron una residencia fueron Laprida, Gral Pinto y Carlos Tejedor.
En cambio, desde Chacabuco, el intendente Víctor Aiola se mostró satisfecho por los resultados obtenidos en su municipio: «Nos fue bien. Nosotros tenemos la residencia de medicina general, y el apoyo que ha dado el ministerio de la Provincia es muy bueno«.
Aun así, el intendente de nuestra ciudad llamó a profundizar la iniciativa con acciones que «sigan revalorizando la figura del residente». Para eso le pidió más intervención a Scarsi y compañía.
«El ministerio todavía permite que otras entidades, como asociaciones médicas o colegios, brinden la especialidad sin trabajar de forma activa, se debería regular las residencias o especializaciones que se hacen online«, dijo.
Para Aiola, «eso desestima que muchos jóvenes hagan la guardia en una ambulancia, por lo tanto se debería trabajar para que todo aquel que quiera ser residente deba estar en un hospital por tres años».