Luego del desplante que tuvieron el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal para con el intendente, Víctor Aiola, la relación no fue la misma. Más allá de que se dijo que fue un error de agenda del presidente, y que su entorno «olvidó» avisar al Jefe Comunal de Chacabuco que los máximos mandatorios de Nación y Provincia visitarían O’Higgins, la suspicacia sobre el «reto» al hombre de nuestra ciudad fue noticia de alcance nacional.

Después, en una entrevista concedida a Somos Noticias, el propio Aiola, en tono de «chiste», dijo que «él cuando vino, no vino a visitarme. Ahora si viene no lo voy a recibir. Porque a mí, si nos vamos a poner a medir, nos medimos».

Más allá de la broma, el intendente cumplió: en la visita de las últimas horas de Macri y Vidal a la localidad de Mechita (partido de Bragado), Aiola optó por no estar presente. Sí lo hicieron, por Chacabuco, el senador radical Agustín Máspoli, y el consejero escolar, Alejandro Cieri.

Los rumores sobre el por qué de la negativa de Aiola a la foto con Mauricio Macri son varios. El principal, por supuesto, y más allá del enojo previo, es la baja imagen que mantiene el actual presidente, y que desde el círculo de Aiola afirman que «le restará» al caudal de votos de Cambiemos en Chacabuco. Según información que publicó el diario Cuatro Palabras, desde «una oficina del Palacio Municipal» le afirmaron a ese medio que «el Jefe (por Aiola) estaba invitado, pero esta vez es él quien decide no sacarse la foto«.

Lo cierto es que desde aquel eufórico «¡Aiola es Macri carajo!» al día de hoy, ha corrido agua bajo el puente, y sobretodo, medidas políticas que hicieron caer estrepitosamente la imagen del Presidente.