En la agenda política las localidades solo aparecen por la cercanía del proceso electoral o por la presión que los ciudadanos que viven en ellas ejercen cuando se agrupan en torno a un problema. En el caso de la violencia de género que cada vez despierta un mayor compromiso y toma más visibilidad, en la localidad de Rawson (Chacabuco) ha surgido una organización novedosa.
Se trata de Jacarandá cuyos integrantes se proponen reclamar al Estado el reconocimiento del lugar que las localidades ocupan, pero principalmente acompañar a las víctimas de violencia de género que en comunidades pequeñas y olvidadas por el Estado municipal se encuentran con numerosas barreras para poder ser escuchadas, atendidas y acompañadas como marca la ley.
Hablamos con Ariel Giménez, uno de sus integrantes, quien nos explicó con detalles la situación que atraviesan en Rawson y Castilla, la mirada que tienen las localidades sobre lo que pasa en nuestro partido y las acciones que llevan adelante desde que se conformaron hace un año.
Entre las varias acciones que realizaron, se destaca como un hito que en el mes de marzo de este año se haya celebrado por primera vez en Rawson el Día Internacional de la Mujer donde «por primera vez se pudo mencionar que en Rawson existieron tres femicidios, porque antes no se hablaba, y se invitó a los familiares y plantamos tres jacarandás».
Pero la agrupación va más allá porque pide que se reconozcan y solucionen las deficiencias en la prestación de servicios y en la atención pública en las localidades. Claro que el reclamo es principalmente para el intendente y los funcionarios, pero no está exento tampoco el Concejo Deliberante (el poder legislativo local) al que también le formulan una justa crítica señalando que no están representadas las localidades.
«Acá nos conocemos todos»
Jacarandá, nos cuenta Ariel Giménez, está formada por personas de Rawson y de Castilla, surgió a mediados de 2019 por una ausencia del Estado en las localidades en las cuestiones de género. Es una agrupación feminista que trabaja cuestiones de género, cuestiones del colectivo LGTB. «Nos pasa que estamos distantes porque si bien pertenecen al partido, estamos lejos en comunicación, en distancia, de difícil acceso incluso por los caminos. Entonces todo lo que sucede a veces en una ciudad, donde se establecen políticas públicas, hay programas, hay planes, siempre tardan más tiempo en llegar a las localidades, y tienen otra idiosincrasia las localidades entonces eso hace que lo que se puede aplicar en Chacabuco, quizás cuando se quieren trasladar al pueblo no se puedan aplicar. En lo que tiene que ver género violencia particularmente es muy difícil porque acá nos conocemos todos, y uno conoce al comisario, al director del Hospital, al delegado, estamos vinculados en algún punto. Lo mismo que en situación de violencia ¿no? A veces tanto el agresor como la víctima son personas muy allegadas y hay que abordarlas de otra manera. Nosotros vemos una ausencia en el Estado y nuestra tarea es eso, visibilizar, por eso siempre estamos como cuestionando y poniendo el dedo donde parece que molesta».
La agrupación había publicado un conjunto de preguntas que cuestionaban al Estado Municipal en las localidades. Le consultamos sobre algunas: «¿Hasta cuándo los hospitales de los pueblos seguirán sin atención de profesionales?».
hay atenciones que son inmediatas, entonces tener que esperar quince días es un montón
Ariel Giménez – Jacarandá
Giménez nos explicó: «Los profesionales que acuden a los pueblos no tienen la continuidad como por ahí lo pueden encontrar en el hospital de Chacabuco. Acá muchos profesionales vienen cada 15 días, entonces eso hace que cualquier seguimiento, cualquier tratamiento se hace más difícil, porque vienen en determinado horario, el tiempo, se dan los turnos y esto sucede tanto en Rawson como en Castilla. Profesionales que por ahí son de primera necesidad, estamos hablando de la cuestión de género y de violencia, hay atenciones que son inmediatas, entonces tener que esperar quince días es un montón».
En la época de pandemia por ejemplo no hubo trabajadores sociales en los pueblos: «recién hace un mes a través del pedido de Jacarandá se logró que vuelva a los pueblos, una vez cada 15 días, una vez a Rawson una vez a Castilla. ¿Y qué sucede con estos profesionales? A veces no vienen porque ha pasado que dieron positivo de covid o tienen una capacitación, un feriado, distintas situaciones que esa persona no va a trabajar y el Estado no pone alguien en su reemplazo o no viene el profesional al otro día, ni siquiera a la semana siguiente y hay que esperar 15 días más. Entonces hay situaciones donde hay que esperar un mes. Además de eso no hay un aviso, la persona llegaba al hospital y ahí se entera que no tienen turno. Hay cuestiones, lo llevo al extremo, donde hay violencias donde la atención necesita ser inmediata y ¿Qué pasa con esa persona que necesita una contención con el psicólogo, una atención con una ginecóloga o con la trabajadora social que es en nexo que tenemos con el municipio en Desarrollo Social, con el área de la Mujer? Hay situaciones que nos llegan a nosotros porque nos conocemos y tratamos de acercarnos o de ser nosotros quienes gestionamos la posibilidad de contactarse con Chacabuco«.
Acerca de la función del delegado y la posibilidad de trabajar con él explicaron que en realidad es bastante compleja la situación en la que se encuentra porque reúne muchas funciones en una sola persona.
«Nosotros entendemos que el delegado es un funcionario municipal y que dentro del Estado es nuestro único vínculo con Chacabuco prácticamente. Acá no tenemos ni área de la Mujer ni otras dependencias municipales. Entonces entendemos que es una sobrecarga que tiene el delegado, de trabajar un montón de cuestiones que lo exceden», nos explica.
A la vez «sucede que cuando llegás a Chacabuco te dicen, ‘No, tenés que hablar con el delegado’. Y el delegado muchas veces está atado de pies y de manos a lo que le mandan, a lo que le dicen con una demanda muy grande porque si bien somos pocas personas, hay demandas de diversas áreas. También entendemos que tanto el delegado como la parte de subcomisaría o la parte de hospital / ancianos, los referentes, que son funcionarios, no tienen capacitación en lo que tiene que ver con perspectiva de género, en ley Micaela. Esto hace que no podemos acudir directamente al delegado porque hay cuestiones que por ahí esta persona no está formada, tanto el delegado o el resto del personal, y no van a poder llegar a comprender la urgencia de lo que uno está pidiendo».
Cuando un pueblo está muy callado tenés que atender ahí porque algo está pasando
Ariel Giménez – Jacarandá
También cuestionaron lo que pasa en el Concejo Deliberante para quien entienden «no existen los pueblos». Le consultamos acerca de este punto. «Nosotros seguimos muy de cerca las sesiones que ahora se hacen de manera virtual y escuchamos a los concejales y muchos funcionarios, donde cuando ellos hablan, en el discurso -tanto que se habla hoy del poder del lenguaje, del lenguaje inclusivo de la «e» de la equis y un montón de cuestiones- nosotros escuchamos que no se nombran a los pueblos, que en todas las medidas o resoluciones se dicen ‘ciudad de Chacabuco’, ‘porque nuestra ciudad…’. Y eso hace que cuando se quieran implementar políticas públicas, planes, cualquier actividad que se haga desde una movida cultural, deportiva, no se incluye a las localidades. ¿Cuándo se incluyen? Cuando una protesta, cuando uno se hace notar y sucede mucho tiempo después. Si hay una acción de gobierno que el Concejo determina que se va a aplicar dentro de un mes, a la localidad llega 6 meses después, 7 meses después, como si pareciera que no suceden cosas, no pasa nada. En los pueblo muchas veces el silencio es su forma de protestar. Cuando un pueblo está muy callado tenés que atender ahí porque algo está pasando. A veces uno dice que en los pueblos no pasa nada y suceden cosas más graves porque son lugares mucho más conservadores. Entonces nos pasa esto que en los pueblos no tenemos representación de las localidades y se nota mucho la aplicación de los programas de los programas, de los planes. Y sucede que cada vez que quisimos llegar tenemos que llegar a través del delegado o por ahí porque alguno tiene algún contacto con algún concejal, acercando algún proyecto, alguna idea y cuesta porque esa persona cuando llega al Concejo no tiene apoyo de los demás concejales porque es algo para un pueblito, no es para la ciudad en general. Y uno los escucha en el discurso, nosotros vemos las sesiones, que además que son aburridas, largas eternas, con mucho formalismo, y que mucho de lo que se dice no se lleva a la práctica. Se aprobó hace poco una resolución que hablaba de poder trasladar el área de la mujer a las localidades, la verdad es que eso no se llevó a la práctica y vemos que estamos ausentes. Entendemos que es por la falta de un representante de los pueblos en el Concejo Deliberante».
En la mesa local de violencia
Jacarandá participa de la mesa local que existen en toda la provincia sobre violencia de género, donde confluyen representantes de los tres poderes, comisaría, derechos humanos, y están también agrupaciones feministas. «Entendemos que no hay nadie de los pueblos», explicó Ariel sobre la solicitud que realizaron para que se los incluya. «Entonces logramos que se pueda trasladar esa mesa para armar lo que se llama ‘ruta crítica’ que es el recorrido que realiza una mujer cuando realiza una denuncia en situación de violencia. Hicimos una reunión hace muy poquito, ahora en diciembre. Estamos hace meses, recién ahora se pudo hacer esta reunión con la promesa que antes de fin de año se va a hacer una reunión para trabajar sobre ruta crítica y empezar con la capacitación y sensibilización sobre Ley Micaela. Hasta ahora no sucedió y porqué en el partido de Chacabuco siendo que hay que formar a las personas que están en la primera línea de atención, cómo no van a estar formándose los delegados, los directores de hospitales y los subcomisarios. A nosotros nos pasa que ante cualquier situación terminamos llamando a Daniela Montes, la comisaria, siempre nos atendió re bien, nos asesoró un montón, pero entendemos la distancia».
Giménez explica que no son pocas las situaciones donde personas víctimas de violencia reciben una mala atención. «No es una mala predisposición de la persona, es esta falta de formación en perspectiva de género porque es algo medianamente nuevo, no es que de un día para otro se va a aplicar la ley y todo el mundo va a entender lo que estamos hablando. Pero imagínate que en un pueblo si te llega el móvil (policial) a tu casa, todo el pueblo se entera que llegó. Si vas con un golpe al Hospital siempre va a haber alguien en la guardia o alguien ahí que puede decir algo y en el pueblo nos conocemos, y bueno, la idea es que esa persona que es víctima no sea doblemente acusada que es lo que sucede cuando hay falta de promoción».
Los integrantes de Jacarandá entienden que su rol es reclamar: «estamos semana a semana mandando mensajes, cuestionando, preguntando cuando van a venir, no se olviden de los pueblos, para que nos tengan en cuenta». Aún así «nos dijeron que antes de fin de año iban a venir otra vez o íbamos a hacer una reunión virtual, pero bueno, todavía seguimos esperando».
«Hacen un recorrido como si fuera una campaña política»
A Giménez le sobran los ejemplos que grafiquen la injusta falta de atención en las localidades: «muchas veces cuando se implementan políticas públicas, programas, planes se hacen lanzamientos, se ponen las fotos, del gobierno que hace el lanzamiento o que anuncia, que empieza con algún programa y eso nosotros lo vemos en los portales de noticias de Rawson y que todo pareciera que es en Chacabuco y que no llega a los pueblos. Te pongo ejemplos muy sencillos, te hablo por ejemplo de Torneos Bonaerenses, se anuncia, se hacen cosas y cuando vas a la delegación municipal no te encontrás con las planillas. Cuando está con la casa del estudiante no hay lugar a nuestros estudiantes. Esto llevalo al plano de violencia y género que es más urgente, entonces es ahí donde reclamamos. Por ejemplo, se anuncia que se hace una mesa de Salud Reproductiva y Sexual, de consejería, y esto sucede en Chacabuco, en los pueblos no sucede. La otra es que van al pueblo hacen un recorrido como si fuera una campaña política, se sacan fotos. Pareciera que estuvieran en el pueblo, que acompañaran, que escucharan a la gente y la verdad es que ya pasaron 9 o 10 meses de la pandemia y algunos ahora recién están conociendo el pueblo, después de 5 años de gobierno también. A nosotros nos duele que vayan se saquen fotos. A la apariencia da que estuvieron con los vecinos que estuvieron en contacto que estuvieron escuchándolos, pero ya hoy es tarde, entonces entendemos que hay cuestiones que hay que hacerlas casi de manera simultánea con Chacabuco, o por lo menos no esperar 15 días, 1 mes, 3 meses, 5 meses o a la protesta nuestra. Nosotros antes de estos posteos que estamos haciendo nosotros tomamos contacto».
«Reclamamos al conjunto de los actores»
Consultados sobre cuál es la relación con el gobierno municipal y qué esperan hacia el futuro, Giménez respondió: «En principio estamos muy conformes en cuanto a que pudimos poner en agenda a las localidades. Solicitar la presencia en la mesa local y que nos hayan tenido en cuenta como actores es muy importante, que nos hayan dado el espacio».
«El reclamo que hacemos nosotros obviamente hoy es al gobierno de Víctor Aiola, que es el Estado, pero lo que reclamamos es que el Estado no es solamente el intendente, sino que es un Concejo Deliberante son las distintas áreas de gobierno y en este Concejo Deliberante hay concejales del oficialismo y la oposición. Entonces nosotros reclamamos al concjunto de los actores que tienen que intervenir. Nosotros siempre estamos con esa cuota de esperanza o cuota de fe, sabiendo que algo se va a poder hacer, sino no estaríamos en esto, si no pensáramos en una utopía que no se pueden cambiar las cosas no estaríamos».
El reclamo es urgente: «Entendemos que existe la pandemia pero también la violencia es algo que no le importa la pandemia, hasta se ha agravado. Venimos de años, no tiene que ver justamente con este gobierno de turno, sino con esa distancia que tienen los pueblos con la ciudad cabecera, entonces el reclamo es general. La verdad que no le podría poner una nota ni decir que es bueno ni malo, si no que empezó bien de cierta manera porque logramos ser escuchados, después se entibió y ahora sentimos que falta más acciones en concreto. No nos alcanza con que ‘Bueno, vamos a ir, vamos a hacer esto’. No. Venimos de una acumulación de años de cansancio de muchas áreas del gobierno y en esto que es violencia uno tiene contacto con al gente día a día y hay cosas que no pueden esperar«.
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