La Posta entrevistó a Nicolás Barzola, quien hace un año y medio es presidente de ALPI, una tradicional asociación dedicada a acompañar a las personas en su rehabilitación. A su sede de calle Remedios de Escalada muchos abuelos van a compartir mates por la tarde, a charlar y distenderse a la par que realizan tareas de rehabilitación. No conformes, la institución se mantiene muy activa, encarando nuevos proyectos.
«ALPI arrancó en la época de la poliomielitis para su rehabilitación hoy se encarga de la rehabilitación física y mental de los pacientes, además de hacer distintos tipos de tareas recreativas y solidarias«, explicó Barzola.
Cuenta con un plantel de profesionales desde hace más de 20 años: fonoaudiólogo, psicólogo, kinesiólogo, psicopedagogo, acompañantes terapéuticos, un terapista ocupacional y trabajadoras sociales.
Los abuelos interesados en sumarse pueden acercarse o comunicarse con la institución los lunes, miércoles y jueves de 14 a 17 horas. «Ahí coordinan y se suman al grupo», señaló el presidente de ALPI.
La vuelta de la «calesita» y otros proyectos
«En la comisión somos siete y estamos en diferentes tipos de áreas de la institución. Hemos logrado conseguir medios con los cuales estamos remodelando la calesita que hace 4 años estaba cerrada y hace menos de siete meses que arrancamos con la movida de su restauración«, explicó en referencia al clásico juego infantil ubicado en la Plaza General Paz, sobre calle Corrientes.
«Ya la tenemos desarmada y todo pago, empezaron a trabajar en estos días lindos con vecinos que se acercaron a trabajar para su restauración«, en tanto que la pintura de los motivos estaría a cargo de Guido Moro.
Sobre las actividades institucionales relató que «se hicieron tres cenas a beneficio, las cuales fueron para distintos tipos de necesidades de la institución. Se arregló la combi, se hicieron dentro de la institución muchas reformas que nos pedían por temas legales. Tenemos nuevos talleres, talleres de zumba, de funcional, tenemos tres grupos de adultos mayores que vienen a gimnasia y a un encuentro recreativo», continuó.
Talleres, un natatorio y una rifa difícil de vender
Las actividades de ALPI no se limitan solamente a adultos mayores, sino que también incluye por ejemplo talleres para niños con TEA (Trastornos del Espectro Autista) con un profesor especializado y dos días a la semana.
En ese marco destacó el taller «Juntos por la inclusión», una de las actividades destinadas a personas no videntes y sordomudos. Allí trabajan las áreas de habilidades para la vida y participación social, orientación y movilidad, educación física y recreativa y actividades de cocina.
Actualmente el horario es de las 8.00 hasta entrada la noche, dependiendo del día, por lo que un proyecto es llevar que esté abierto todos los días hasta la medianoche.
Más ambicioso es el proyecto de lograr un natatorio para que las personas con discapacidades también puedan disfrutar de esa actividad en las condiciones que necesitan.
La institución cuenta con una rifa que está en circulación para comprar sillas de ruedas, camas ortopédicas, muletas y realizar las refacciones. «La verdad se está haciendo muy difícil venderla por la cuestión económica que todos sabemos que está transcurriendo en el país», contó Barzola.