Una alumna agregó quitaesmalte a la botella de agua de su maestra en una escuela de Entre Ríos. La alumna de 12 años contó que en verdad estaba pensado para que lo ingiera una compañera de clase.
La intoxicación que le produjo a la maestra fue lo suficientemente grave. Si no paso a mayores fue porque la maestra rápidamente percibió el sabor de algo raro, tras lo cual aparecieron los síntomas: hinchazón, erupciones y problemas respiratorios.
Alarmada la maestra les exigió a los alumnos que reconozcan quién había realizado la tremenda travesura y la alumna lo reconoció.
De haber llegado el brevaje a la original destinataria, otra niña con quien la bromista tenía problemas, probablemente le habría causado la muerte.