Antes del atentado del 1 de septiembre, el agresor de Cristina Fernández de Kirchner y su novia, Brenda Uliarte, intercambiaron mensajes de audio en los que dejan en claro su intención de alquilar un departamento frente al domicilio de la vicepresidenta, en Juncal y Uruguay, y así disponer de una amplia vista para poder observar los movimientos de quien sería su objetivo. La información se desprende de informaciones judiciales relevadas por la agencia Télam. El interrogante que ocupa a los investigadores en este momento es quién financiaba los emprendimientos de esta banda criminal que disponía del suficiente tiempo para hacer tareas de inteligencia y del dinero suficiente para alquilar una vivienda en plena Recoleta, uno de los barrios más costosos de la capital.
A su vez, la jueza Capuchetti dispuso hoy la detención de Agustina Díaz, tercera imputada en el marco de la causa por el intento de magnicidio contra CFK. La magistrada le tomará declaración indagatoria Díaz en las próximas horas, mientras aguarda el peritaje de distintos dispositivos electrónicos que fueron secuestrados durante su aprensión. Lo que sí ya ha trascendido, y que pone en un lugar central a Díaz en el ataque, son los rudos intercambios que mantuvo con Uliarte, la pareja de Montiel. En mensajes posteriores al atentado del pasado 1° de septiembre, Díaz le reprochó a la novia del atacante:»¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado (por Sabag)? ¿Se puso nervioso?». También Díaz fue contundente al decirle a Uliarte: «Borrá todo«.
También ha quedado establecido a través de los peritajes que Sabag Montiel ya había intentado atentar contra la vida de Cristina Fernández de Kirchner el 27 de agosto, cuando la vicepresidenta le habló a la gente reunida en torno a su domicilio desde un improvisado escenario. Sobre la imposibilidad de llevar adelante el intento de asesinato esa noche, Sabag le hizo saber a Uliarte: «No, ya se me metió adentro y el escenario, el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios, eh, y se fue, un quilombo. Ella está arriba pero no creo que salga, así que ya fue, dejá, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada«.
Por su parte, en la jornada de ayer Cristina Fernández solicitó ser querellante en la causa que lleva adelante la magistrada Capuchetti, donde el secreto de sumario ya se ha declarado en dos ocasiones. En la última oportunidad se debió al contenido de alto interés para la causa que se obtuvo a partir del análisis del celular de Brenda Uliarte, donde se encontraron mensajes tales como: «tenemos que generar hechos, no protestas».