Néstor Maximiliano Montiel, el sospechoso con antecedentes por delitos sexuales y en libertad condicional que era buscado por el crimen Nadia Arrieta, fue detenido ayer en la localidad bonaerense de Sarandí, donde iba a encontrarse con su actual novia.
La clave para la aprehensión fue el seguimiento y las escuchas directas que la Justicia había ordenado sobre un número de celular que usaba el implicado y que quedó incorporado a la investigación gracias a que la propia víctima lo dejó anotado en un papel hallado en la escena del crimen.
«Lo teníamos con escuchas directas. Seguía usando el mismo teléfono cuyo número le dio a Arrieta para hacerle una compra«, aseguró una fuente judicial. Al respecto, en uno de los cinco mensajes de voz enviados a su novia mientras estaba prófugo le dijo que se arrepentía de «corazón» por lo que hizo y que sus padres quedaron presos porque se hicieron cargo de su libertad condicional.
La misma fuente explicó que la propia Arrieta le aportó a la investigación un elemento clave, ya que ese número de celular que guió a la Policía a Sarandí «fue anotado por la chica en un papelito que decía Maxi que es el segundo nombre del imputado».
Cuando gracias al sistema AFIS, la Policía Científica identificó a Montiel por cuatro huellas halladas en unos cerámicos en la escena del crimen, el fiscal de la causa asoció el nombre «Maxi» y el celular con el sospechoso.
En los allanamientos, los pesquisas incautaron una bolsa celeste con un termo y dos latas para yerba y azúcar de las que vendía la damnificada, por lo que ahora se cree que Montiel le hizo una compra por Internet para que la víctima se confiara y le abriera la puerta en el negocio el día del crimen.