El Ministro de Energía, Juan José Aranguren, definirá próximamente en estos días, con las compañías que operan en refinación y comercialización el nivel del incremento, cuya suba podría ubicarse entre el 6% y el 8%.
Junto a este aumento, el gobierno podría informar la reducción de subsidios al precio del gas domiciliario, lo cual afectaría las tarifas con un aumento del 300% al 350%.
Dicha implementación, afectará tanto a las naftas como al gasoil.
Tras la devaluación de diciembre, el Ejecutivo nacional redujo el precio del crudo en 10 dólares. Pero la combinación entre esa disminución y el incremento del dólar dio como resultado un alza en la factura que debían pagar los dueños de estaciones de servicio.
La recomposición de esa rentabilidad no pudo ser concretada del modo esperado, a lo que sumó a la disparada del dólar. Esto, lógicamente, frustró todos los cálculos.
Según Manuel García, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI):
El gobierno tiene una participación superior al 60% de las ventas, lo que explica por qué no le molesta cada vez que se dispara el precio de la súper: hay un interés recaudatorio detrás.
Finalmente, señaló que “en cualquier país del mundo, el combustible se abarata cada vez que baja el barril, y acá ocurre lo contrario» al tiempo que agregó que «la gente sabe que el precio de la nafta cada vez pesa más en el bolsillo».