El viernes se generaron largas colas en la puerta de los bancos de Chacabuco y de buena parte de la provincia. Ese día, los beneficiarios de las Asignación Universal por Hijo podían retirar el cobro del Ingreso Familiar por Emergencia. A esto se sumaron los jubilados que venían sin poder cobrar por no tener disponible las tarjetas para poder hacerlo por cajeros automáticos.
El resultado obvio fue una congestión, que al otro día se solucionó, luego que los intendentes fueron instados por el gobierno nacional a ponerse a disposición. El propio presidente, Alberto Fernández lo dijo en Facebook: «pedí la colaboración de los intendentes y sus policías para preservar el orden«.
En Chacabuco, el intendente Aiola realizó un vivo de Facebook, al mediodía de esa jornada, donde aclaró que los bancos son total responsabilidad del gobierno de la Nación y que escapaba a su potestad.
Sin embargo, al otro día el problema fue resuelto con un operativo municipal de mínimas características y la colaboración de los Bomberos Voluntarios, voluntarios de Red Solidaria y Cruz Roja que han trabajado con una intensidad admirable durante estas jornadas.
La otra cara de la imagen del viernes en la puerta de los bancos en Chacabuco se vio donde la municipalidad montó el hospital de campaña, en el Club 9 de Julio. Allí una gran cantidad de personal se capacitaba en el gimnasio vacío y equipado.
Esto evidencia la diferencia de criterios de este intendente municipal y de otros con el presidente de la Nación y el gobernador de la provincia. La acción de prevención claramente era evitar el contagio por circulación comunitaria.
Finalmente el municipio pudo ponerse a la altura de la circunstancias y atendió a los abuelos como corresponde, incluyendo un dispositivo de vacunación descentralizado para evitar aglomeraciones en los vacunatorios.