Desde hace varios años el barrio Las Palmeras viene atravesando un conflicto entre dos representantes que dicen ambos ser legalmente autoridades constituidas.

Para tratar de resolverlo, Aiola se reunió con la presidenta de la Sociedad de Fomento de las Palmeras y Nancy Nicolini, representante de la Unión Vecinal.

En la conferencia de prensa que brindaron se buscó firmar un acuerdo sobre la situación que parece nunca resolverse. La presentación estuco a cargo del Intendente Aiola quien señaló la intención del Estado municipal de intermediar en el problema para lograr que se trabaje en conjunto. Para ello «hemos hecho un convenio a partir del cual se va a poder trabajar en conjunto con distintos puntos que tienen que ser cumplidos por las dos partes».
El convenio apunta al uso del salón que hay en el barrio «como Municipio queremos ser mediadores y organizadores de lo que seria una agenda de uso del salón para que podamos sumar actividades de las dos partes y nosotros también como municipio» y también aportar talleres como distintas actividades.
La solución llegó por el lado de que haya dos llaves: «una va a estar en posesión de la Presidenta de la Sociedad de Fomento y la otra momentáneamente la vamos a tener en Relaciones Institucionales, si esto tiene buena precisión y organización esto no va a ser mas que un detalle o mucho mas sencillo la cuestión de la tenencia, pero las dos partes por iguales pueden disponer del lugar para cualquier tipo de actividad que tenga que ver con un interés comunitario».

Hasta ahí el Intendente explicaba cómo sería el funcionamiento para evitar la seguillida de desacuerdos en el barrio. A continuación, hizo uso de la palabra Nelida Otegui («Chela»), presidenta de la Sociedad de Fomento. Quien además de resaltar el trabajo que realizó dijo que estaba dispuesta a un acuerdo «¡vamos por la unión!». Y agregó «Yo le pedí a la Sra. Nancy, ¿Porqué esta guerra así?, no se si hubo intereses políticos…». A lo que rápidamente la otra parte presente contestó: «¡No, no! Yo quiero acortarlo porque estoy dejando hablar mucho a esta señora y ella se vende como así… divina… y todo, yo la respeto pero hay unos puntos que hay que aclarar y son estos. Yo no me levante sola contra usted señora Chela, se levanto el barrio, los vecinos ante muchas irregularidades que en ese momento años atrás estaban pasando y son de público conocimiento y no voy a poner a enumerar, ¡ya esta!… Vos hiciste pero nosotros también hicimos muchísimas cosas y continuamos con cosas muy caras también.

Yo pido que cortemos acá porque si ponemos todos lo puntitos… yo quisiera que firmemos porque estamos atrasando en vez de adelantar».
Parece entonces, que el acuerdo es más forzado que un entendimiento real, ya que ambas partes no mostraron intenciones claras de solucionar el problema y en la instancia pública, dejaron entrever sus diferencias irreconciliables (al menos por el momento).