Durante el fin de semana, el staff estuvo presente en el Cine Teatro Español para presenciar uno de los mayores eventos del año en materia cinematográfica: el estreno de Batman Vs Superman.

Luego de los 240 minutos en los que permanecimos sentados, puede decirse con firmeza que el film superó ampliamente las expectativas que teníamos e inclusive más de lo que habíamos previsto desde nuestro sitio.

No obstante, antes de esbozar una crítica, es menester resaltar 2 cuestiones.

En primer lugar, resulta importante destacar que, para poder realizar una ajustada opinión sobre la película, es necesario haber leído al menos algunas novelas gráficas y cómics del universo DC, no porque fuera necesario al efecto de entender la cinta, sino para que “los grandes críticos de las academias internacionales” comprendan que no se trata de una producción hecha para ser juzgada en los altos tribunales de Cannes, Sundance o San Sebastián.

Pero, de igual modo y en segundo término, en este caso apuntando a los “superfanáticos de las historietas”, hay que decir que nunca un film va a coincidir cuadro por cuadro con alguno de los comics sobre los personajes que lo interpretan (a excepción de la primera entrega de Sin City), ya que de lo contrario Zack Snyder no sería director, sino escritor de tebeos.

Todo esto, se expresa teniendo en cuenta las amplias calificaciones negativas que «Dawn of Justice» ha recibido tanto de parte de la “crítica especializada” como de los fans-frikies-seguidores de la productora DC.

Nosotros, por el contrario, nos abocamos a formular un análisis intermedio entre ambas posturas exitistas, fundamentalmente porque, hay que decirlo, al fin y al cabo se trata de una película norteamericana hollywoodense de superhéroes y como consecuencia, también de un gran negocio económico, cuyo fin además de entretener, es recuperar gastos operativos de inversión y recaudar millones de dólares.

No esperemos jamás que Bruce Wayne exponga teorías marxistas o se ajuste a derecho, así como tampoco obliguemos al guionista, David Goyer, a no sentirse libre de adaptar un entre-cruzamiento de titanes como mejor lo crea conveniente.

En otros términos, y como dice el viejo refrán: no le pidamos peras al olmo.

Así las cosas y habiendo dejado en claro nuestra posición al respecto, ahora sí expondremos los detalles (sin spoilers, obviamente) de lo que para nosotros fue la película.


El rodaje comienza con el flashback de una escena por de más de trillada y reiterada, pero no por eso menos original, que es el asesinato del matrimonio Wayne a la salida de un teatro, hecho significativo que (todos conocemos) traerá como consecuencia la incansable sed de justicia que convertirá al pequeño huérfano en un murciélago encapotado.

Las imágenes se van compaginando con los hechos que transcurren en el final de Man of Steel, donde Superman y el General Zod se enfrentan a muerte en Metrópolis causando grandes destrozos y dejando una imponente cantidad de víctimas, todo esto visto desde los ojos del hombre de Ciudad Gótica, en esta ocasión en su alter de ego de civil multimillonario.

Inmediatamente, fundido en negro y transcurren 18 meses.

Bruce Wayne se encuentra nuevamente en la localidad donde funciona el Daily Planet y otra vez es testigo del inagotable poder del hombre de Crypton, que de manera reiterada vuelve a provocar una catástrofe en la ciudad.

Esto traerá como aparejo que Batman se harte del poder ilimitado de su partenaire, pues entiende que no sólo puede provocar la destrucción de Metrópolis, sino acabar con la extinción de la raza entera.

En relación a ello, en el Senado comienza a crearse una comisión especial para determinar si Superman debe actuar unilateralmente o si por el contrario, deberá ajustarse a los límites impuestos por la Democracia, además del repudio que poco a poco y alentado por la prensa, comienza a sufrir el hombre más fuerte del planeta.

El film empieza a delinear en ese preciso instante y en adelante, algunos tips extraídos de la obra maestra de Frank Miller así como de otros comics emblemáticos y nos empieza a introducir en un clima de cierta tensión y en una discusión que, en principio, será el alma mater de la cinta: la disyuntiva entre el hombre y los dioses. Pero al mismo tiempo, la película narra de trasfondo otra cuestión quizá más finamente buscada, que es la paranoia xenófoba nacionalista clásica de las sociedades modernas, sentimiento exaltado en este último tiempo tras los atentados ocurridos en Francia y Bélgica respectivamente, con su correlato inmediato que configuran las crisis migratorias en Europa y EEUU.

Superman comienza a ser vapuleado, descalificado y humillado cual inmigrante en los estados occidentales, el tiempo que se lo asocia como una suerte de “terrorista espacial”.

Esto refuerza la idea que Snyder bien sabe cómo aplicar paradigmas sociológicos y coyuntura política a sus trabajos como realizador. Algo similar había hecho en Watchmen, en este caso enrolándolo en el contexto de la “amenaza nuclear” de la Guerra Fría.

La película se torna oscura y por momentos tensa, sin perder la compostura escénica ni la fotografía sombría que enarbola toda la trama, además de las texturas que le imprimen los 70 milímetros del formato IMAX que tanto le gusta a su productor ejecutivo, Cristopher Nolan.

El argumento por su lado, aspira a mantenerse relativamente sólido, al menos durante gran parte de la trama y si bien, con matices, no configura un elemento negativo del rodaje. Es más, sorprende que no caiga en los reiterados clichés a los que nos tienen acostumbrados los muchachos de Avengers, como lo son el Capitan América, Thor, Hulk y hasta el mismísimo IronMan, de la mano de Robert Downey Jr.

Quizás porque el reparto es muy bueno, por no decir magistral.

Ben Affleck, Henry Cavill, Jesse Eisenberg, Amy Adams, Daine Lane, Laurence Fishburne, Jeffrey Dean Morgan, Holly Hunter, Gal Gadot y el gran Jeremy Irons.

Respecto al intérprete de Superman (Cavill), no hay mucho que agregar más de lo que se vio en su film anterior, aunque hay momentos en los que el actor demuestra que no es simplemente una cara agradable, pues personifica una versión nunca antes vista del héroe en la pantalla grande.

Sin embargo, el mayor de los aplausos, debe llevárselos el Señor Affleck aún contra todos los pronósticos en su contra.

No es Michael Keaton, ni Christian Bale, ni Val Kilmer, ni mucho menos Adam West o George Clooney. Nada es comparable con nada. Este es simplemente un Batman distinto. Completamente distinto.

Es quizá la versión más fascista de todos los tiempos del murciélago, no por su inclinación ideológica o valores de justicia, sino por los hechos. Se trata de un ya veterano de guerra, más quejoso de lo normal, con algo de barba, muy cansado de todos, potencialmente alcohólico y con una moralidad que ya casi no existe en él.

Ya no es el héroe cuya autoridad ética le impide quitar vidas o usar armas.

Aquí ya no hay dudas. Es un frenético, un loco, un antihéroe. Todo lo que conocemos de él, nunca lo hemos visto.

Se amolda a la perfección con el perfil de “The Dark Night Returns” y de alguna manera termina “devorándose” al personaje principal de la película, que es Superman, porque recordemos, es SU película, amén de que el nombre de ambos aparezca en los títulos y que surjan en el desarrollo de la trama, otros personajes que a efectos de no arruinarles la velada, no diremos quiénes son.

affleck y cavill
Los 2 protagonistas del film: Cavill y Affleck.

Por lo demás, el resto del elenco cumple con sus obligaciones, con un destacado Irons como el clásico y ácido mayordomo inglés pero con un gran compromiso de participación con su jefe. Es la versión más activa de Alfred que se ha visto en el cine.

Mención aparte también merece el verborrágico Jesse Eisenberg en el papel del ultra villano del Universo DC, Lex Lutor.

Su participación se encuentra a la altura de los 2 protagonistas. Al igual que Affleck, termina “comiéndose la cancha”.

Gal Gadot no decepciona en su rol de Mujer Maravilla, pero muestra una sobriedad que no sabe bien si es por precaución del director o simplemente es así. Tal vez, tratan de resguardar su figura para su propio film, que se estrenará en el año 2017 y para la película conjunta de La Liga de la Justicia.

Será cuestión de esperar…

gal gadot wonder woman

Finalmente, y no por eso en menor grado de importancia, debemos mencionar la música original del largometraje, cuya composición recae nuevamente en las manos del gran maestro Hans Zimmer, en esta ocasión con la ayuda en la autoría del holandés Tom Holkenborg, mejor conocido como Junkie XL.

La performance, la sensibilidad y esos acordes de violines acompañados por explosivas percusiones, conforman el ápice perfecto de una obra cuya sonoridad enaltece el componente ideal de esta mega-producción de Warner que ya ha recaudado en el mundo un total de 60 millones de dólares en una semana, en aproximadamente 4000 salas.

Ante todo lo expuesto anteriormente, y pese a que la crítica elitista mundial aún no ha sabido o no ha querido comprender, desde Chacabook recomendamos que vayan a ver Batman Vs. Superman: Dawn of Justice, que se proyectará en el Cine Teatro Español de nuestra ciudad hasta el día miércoles 6 de Abril.