En el día de ayer el presidente de los argentinos, Mauricio Macri, visitó al recientemente investido presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, con quien mantuvo un encuentro bilateral orientado principalmente a tratar los temas del Mercosur y condenar a Venezuela.
El propio Bolsonaro indicó a la llegada del presidente Macri que el propósito central de la agenda sería el de “fortalecer la cooperación bilateral”. Efectivamente tanto Macri como Bolsonaro se miran con desconfianza, pues pese a mostrarse sonrientes no son amigos y sus estilos disímiles podrían ser poco compatibles.
Específicamente, se propusieron durante la conferencia de prensa el objetivo de revisar el arancel externo común del Mercosur.
“Hoy empezamos a escribir un nuevo capítulo en las relaciones entre Brasil y Argentina, una historia de amistad y cooperación renovada para beneficio de nuestros pueblos”, sostuvo Bolsonaro.
Por su lado, Macri explicó que «esta asociación estratégica toma impulso en los valores que compartimos, que los reiteramos hoy, como la democracia y la integración. Necesitamos que a los dos nos vaya bien». «Ambos reconocemos, además, la importancia de impulsar una agenda que incluya la transparencia y la lucha contra la corrupción», sostuvo.
Macri fue el encargado de insistir en la «necesidad de modernizar el Mercosur y de avanzar hacia un espacio de integración que se adapte a los desafíos del siglo XXI y que aproveche las oportunidades que el mundo ofrece”.
“Acompañamos con interés y admiración los esfuerzos del presidente Macri para levantar la economía argentina y hacerla más integrada al mundo”, indicó Bolsonaro, conocido por sus propuestas homofóbicas, xenófobas y su reinvidicación de la dictadura.
«A usted o a mí, nuestros pueblos nos eligieron porque querían un cambio de verdad», puntualizó Macri.