El domingo, la senadora Cristina Kirchner difundió un video de más de 17 minutos de duración en sus redes sociales en el que exhibe diferentes partes de su casa en El Calafate tras los allanamientos de Bonadio.

«Hola, estoy en mi casa de Calafate. Llegué anoche procedente de Capital Federal, y bueno… Esta casa hace tres semanas fue, más que allanada, literalmente tomada por la gente que Bonadio envió acá», dice Cristina al comienzo.

Según la ex-mandataria, el allanamiento «no fue para recabar información en la investigación de la causa que tiene a su cargo sino simplemente como un paso más, como un capítulo más, de humillación y de persecución fundamentalmente».

La ex-presidente intentó aclarar que en la casa no hay subsuelos, «Adelante, vení. Esta es la entrada a la planta baja de mi casa. Mi casa tiene planta baja, nivel intermedio y piso superior; estamos entrando a la planta baja«.

«Acá vieron a buscar sabe Dios qué cosa. Millones de dólares, lingotes… No sé. Lo único que se llevaron fueron las bandas nuestras presidenciales, los bastones presidenciales mío, de Néstor y del ex presidente Héctor J. Cámpora, cuya familia le había dado a Néstor, en el año 2006, en una emotiva ceremonia en el Salón Blanco le había dado para que él las tuviera», sostuvo Cristina Kirchner.

Ante todo esto, en su fallo, el juez sostiene que «sobre este punto resulta de interés lo expuesto por Ernesto Clarens quien manifestó que, «…Muñoz siempre me mencionó que todo este efectivo estaba en archivos metálicos que se encontraban dentro de una bóveda en el subsuelo de la casa del matrimonio Kirchner en El Calafate, donde había un olor a tinta muy importante. Muñoz me comentó que el dinero era trasportado los días viernes en aviones oficiales que salían de aeroparque del sector militar y aterrizaban en el aeropuerto de Rio Gallegos, o bien en El Calafate, el destino final del dinero siempre era El Calafate…».

También agrega, «Al respecto, corresponde mencionar que al efectuar el allanamiento de domicilio de Cristina Fernández, ubicado en la intersección de las calles Padre De Agostini y Tehuelches, ciudad de El Calafate, Provincia de Santa Cruz, se encontró en el subsuelo una bóveda, que si bien su entrada tenía una puerta de madera, el contramarco de la misma era de acero».

El magistrado cita las declaraciones que dieron en la causa el arquitecto Jorge Pablo Soler y el ingeniero Ruben Alberto Groba. Señalaron que el subsuelo «pudo haber tenido un uso distinto al actual, dado que se manifiesta que el mismo habría sufrido modificaciones en su marco y puerta de acceso, tanto sea en dimensiones como en materiales».