La Gendarmería nacional comenzó esta mañana un nuevo allanamiento al Instituto Próvolo de Mendoza donde se descubrieron una gran cantidad de abusos luego de que una víctima se animara a denunciar los abusos recibidos.

El caso además de los curas Nicola Corradi (82), Horacio Corbacho (50) y el empleado José Luis Ojeda, que fueron imputados luego que se les descubriera pornografía infantil en su poder, también tiene como involucrada a la monja de origen japonés Kumiko, quien habría oficiado como facilitadora de las víctimas.

El Instituto Próvolo es una reconocida entidad por trabajar con niños hipoacúsicos. Los allanamientos ordenados continuarán por al menos una semana. La justicia busca encontrar nuevas pruebas sobre los abusos cometidos por sacerdotes.

Restos óseos, pasillos subterráneos, frascos con fetos, entre otros elementos que evalúan podrían estar enterrados en el predio del Instituto Próvolo, en Luján, y que serán buscados con maquinaria especial de Gendarmería Nacional.

En las declaraciones que hicieron las víctimas en Cámara Gesell, varios de ellos indicaron que durante años los acusados de someterlos a vejámenes sexuales enterraron cosas allí.

Debido a esto, el fiscal Gustavo Stroppiana, solicitó realizar una medida especial en el predio del Instituto para chicos sordos, con el fin de encontrar algún indicio de lo que indicaron las víctimas.

Gendarmería Nacional se hizo cargo de la medida y comenzaron los escaneos con georradar, cerca de las 7.30 de este martes, la cual se extenderá por algunos días.

Oscar Barreda, abogado de las víctimas, consideró, «si efectivamente encontramos algo va a sumar a lo que ya está probado y sino, con lo que tenemos hasta ahora, la causa se va a elevar a juicio porque hay muchos elementos para comprobar los delitos investigados«.