El sábado por la tarde, pasadas las 18 horas prestó juramento en la residencia presidencial de Olivos como nueva ministra de Salud Carla Vizzotti. Tras un breve acto en el que estuvieron presentes algunos funcionarios como Santiago Cafiero y Sergio Massa, todos se retiraron sin dar declaraciones.

En las primeras declaraciones que realizó la ministra se refirió al escándalo que se abrió por un grupo de personas que se vacunaron sin respetar los procedimientos de inscripción, entre ellos el periodista Horacio Verbitsky que reveló lo sucedido. El hecho le costó el cargo al ministro de Salud, Ginés González García.

Vizzotti negó que funcionara un «vacunatorio VIP», como le llamaron los grandes medios, y precisó que solo fueron un grupo reducido de personas las que realizaron esto.

«De ninguna manera funcionaba un vacunatorio VIP. Esto fue una situación puntual y fue un grupo muy reducido de personas«, dijo en declaraciones radiales.

A partir de ahora, para garantizar la transparencia, Vizzotti explicó que se implementará «un plan de monitoreo de administración de las vacunas» y remarcó que «la confianza en la vacuna y la campaña de la vacunación no debería sufrir inconvenientes».

«Proponemos al jefe de gabinete un trabajo de monitoreo e información sobre la distribución de las vacunas«, señaló sin precisar en qué consistiría exactamente este plan.

«Un intendente es personal estratégico, la discusión es si vacunar intendentes genera confianza o se considera un privilegio», dijo y agregó que «cada provincia y municipio tiene la decisión de cómo distribuir las vacunas«.

Como ministra, una de las primeras medidas de Vizzotti fue autorizar de emergencia la vacuna Sinopharm, elaborada por el Laboratorio Beijing Institute of Biological Products de la República Popular China. Consistente de dos dosis que se deben inocular con 21 días de diferencia, se espera que en los próximos días llegue una gran cantidad de ellas al país como producto de un acuerdo comercial.