El senador rionegrino (y exgobernador de la provincia) Alberto Weretilneck ha presentado un proyecto para reformar la composición y funcionamiento de la actual Corte Suprema de Justicia de la Nación, que hoy funciona con cuatro miembros y es sumamente cuestionada por su proceder.

Entre un largo catálogo de razones, se encuentra que dos de los miembros que la integran han sido electos mediante un proceso que salió de lo normal. Además está estancada en su funcionamiento, porque no hay consenso para que se nombren reemplazantes para completar los lugares que quedaron vacantes en los últimos años.

El proyecto que plantea ampliarla al número de 16, también propone que represente a las provincias y que respete la representación de los géneros. Asimismo existe otro proyecto que es el presentado por María Clara del Valle Vega y Adolfo Rodríguez Saá.

El contexto en el que se está presentando, además es una forma de reorganizar las funciones de esa instancia judicial muy degradada. Recientemente publicó un fallo que colocó al presidente de la Corte al comando del Consejo de la Magistratura, encargado de remover y nombrar jueces, así como de manejar todo el presupuesto de la justicia.

El proyecto

La propuesta que evaluará el Senado designaría los jueces máximos de acuerdo a 4 regiones del país: Buenos Aires, CABA, norte y centro. El proyecto establece: «la Corte deberá integrarse con al menos TRES (3) integrantes por cada región, debiendo ser naturales de ella, o teniendo al menos ocho años de residencia inmediata en la región».

Pero también propone una división por salas compuestas por sorteo: «funcionará en CINCO (5) SALAS integradas por TRES (3) magistrados, elegidos por sorteo para resolver en cada caso que llegue a conocimiento de la Corte, no pudiendo el presidente integrar ninguna de las mismas».

Entre los fundamentos, el proyecto invoca «la intromisión de un poder sobre otro, como la afectación de las garantías constitucionales de los habitantes. La Corte Suprema de Justicia de la Nación es el único órgano creado por la Constitución como parte y cabeza del Poder Judicial de la Nación. Es quien debe velar por ella, consagrándose como su intérprete final».