Juan Manuel Blaiotta, desde Alemania para La Posta – El sistema capitalista enfrenta desde el comienzo del siglo XXI uno de sus peores momentos en la historia. La alarma, a nivel mundial, se encendió en 2008, con la crisis financiera más grande que se haya visto y el período denominado como «Gran recesión».
La Gran Recesión es la crisis económica mundial que se desató en aquel año, y que afectó, en mayor o menor medida, a todos los países de corte capitalista en el mundo. El punto de ebullición fue la caída del banco estadounidense Lehman Brothers, y varios bancos inversionistas menores desde 2007. Sin embargo, creer que la crisis del capitalismo es únicamente una crisis financiera, es un error de análisis garrafal.
Los gobiernos democráticos bajo la máxima exposición del capitalismo han perdido, también, la confianza de las sociedades. El fracaso, la exclusión, aquella promesa del sueño americano hecha trizas: el sistema ha caído estrepitosamente, y allí radican también muchas de las explicaciones de los fenómenos políticos de la actualidad, como el crecimiento de movimientos fascistas y ultraconservadores, como a principios del siglo XX.
En los últimos tiempos, nos cansamos de escuchar el sistema político y económico de Ángela Merkel en Alemania como el nuevo «milagro alemán»: un sistema perfecto, sin fisuras, de crecimiento y desarrollo vertiginoso. Pero, ¿realmente es así? ¿Qué esconde el milagro alemán? Lo que muchos sospechamos y tantos otros se encargan por cubrir: salarios a la baja, jubilaciones miserables en relación al costo de vida, y mayor desigualdad.
En este video para La Posta, registramos lo que se vive día a día en las calles de Berlín, la capital de Alemania: indigencia y pobreza. Según la Oficina Federal de Estadística de Alemania, alrededor del 20% de los alemanes vive en zona de riesgo de pobreza. La cifra es similar si reducimos a la niñez: uno de cada cinco niños alemanes es pobre.
Los pormenores y las falsas promesas del Milagro Alemán: