Los principales dirigentes de la central, que negocian la reunificación, conversaron ayer de la posibilidad de reabrir las paritarias ante el desfase producido entre los aumentos pactados este año y la inflación prevista hasta por el propio Gobierno.

Lo hicieron al definir la convocatoria a un plenario para el 4 de agosto y anunciar la publicación de un documento con críticas a la política económica del Ejecutivo.

El debate se concretó ayer al mediodía en el gremio de los gastronómicos.

Encabezados por Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, y por referentes de los principales sectores de la CGT, los dirigentes que hablaron hicieron eje en la falta de concesiones de Mauricio Macri al sector asalariado respecto de grupos concentrados del empresariado. Se trata de una línea que cobró fuerza en los últimos encuentros de la central tradicional.

El petrolero Guillermo Pereyra, mano derecha de Moyano, manifestó al respecto:

Hay gremios que pactaron aumentos del 30% al 32% y que ya quedaron desactualizados. Se habla de reabrir las paritarias, no uno sino todos, en general. Las organizaciones sindicales y los trabajadores han colaborado en la contención de la inflación, pero el Gobierno nada hizo para que otros sectores también ayuden.

La posibilidad de una moción generalizada de los sindicatos para reanudar las discusiones salariales es motivo de alarma para el Gobierno, que centra sus expectativas en una baja contundente de la inflación por una desaceleración de la economía, entre otras medidas.

Algunos dirigentes, como Gerardo Martínez, de Uocra, se mostraron más cautos, pero admitieron esa posibilidad:

«Todo es posible; cada sector sabrá cómo atender sus realidades».

Completaban la mesa José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Abel Frutos (panaderos), Carlos Acuña (estaciones de servicio), Carlos West Ocampo (Sanidad), Roberto Fernández (colectiveros), Juan Carlos Schmid (portuarios), Omar Maturano (maquinistas de trenes) y Andrés Rodríguez (estatales, UPCN).

De todos modos, la CGT no apurará medidas de fuerza ante un escenario económico que la mayoría de los gremialistas considera adverso. En cambio, sus referentes aguardarán la unidad pautada para el 22 de agosto, en un Congreso, y dotarán sólo entonces a la nueva conducción de herramientas para disponer acciones en caso de ser necesario.

Entretanto, discutirán un documento consensuado para cuestionar al Gobierno, al que le endilgan el impacto del tarifazo, la no contención de la inflación y falta de concesiones a los gremios, en particular a través de fondos para las obras sociales.