Según se viene viendo hace tiempo, SanCor está atravesando una crisis que pone en riesgo la continuidad de las empresa. Últimamente se viene profundizando esta situación y la información con respecto a un posible cierre de la empresa comienza a girar en los medios periodísticos.

Los rumores inundan la provincia de Santa Fé, donde la cooperativa tiene su planta central. En cada localidad donde la empresa tiene una planta se ha convertido en un gran empleador. Tal es el caso de Chivilcoy, donde se radica una de las filiales, donde los empleados ven con mucha preocupación las especulaciones que se tejen en torno al futuro de la empresa. «Incluso, ya se les habría comunicado que no existiría recomposición salarial para este año, bajo el falso dilema aumento o seguir trabajando”, señaló el portal chivilcoyano La Razón.

En lo que va del año la empresa tuvo pérdidas por $1527 millones, un 316% más que el año pasado. Una de las principales problemáticas son las deudas de la empresa con el fideicomiso de Argentina y Venezuela donde sus exportaciones son altamente significativas.

La dirección de la empresa habría conseguido un nuevo contrato con Venezuela, uno de sus principales clientes y quien fuera artífice de su recuperación tras la profunda crisis que atravesó a principios de la década pasada.

Los puestos de trabajo que peligran son 4700 ya que no hay seguridades sobre ellos y las perspectivas de este año para sectores como en el que desempeña SanCor son negativas.

El periódico de la vecina ciudad, LA RAZON en su edición del último 7 de mayo, había señalado que «entre los trabajadores circula la versión de una reducción violenta de 1200 puestos para hacer frente a esta crisis de larga data que recibió el golpe de gracia con las inundaciones de abril”.

Si bien parte de la situación se atribuye a las nuevas condiciones de intercambio, atribuyen la principal responsabilidad a las estrategias de los dirigentes de SanCor, quienes pese al sombrío panorama no han logrado reducir sus pérdidas, caso contrario lo constituye Mastellone, quienes sí lograron tal reducción.

Ya se habla de las posibilidades de venta de la empresa, algo que consideran negativo ya que la empresa es la única que queda constituida en base a capitales cooperativistas. Un eventual cierre dejaría también en una complicada situación a 1400 lecheros que forman parte de la cooperativa. Es por ello que las exigencias también van para el gobierno nacional a quien exigen que tome enérgicas medidas en virtud de la situación.

Según el diario de Chivolcoy que venimos citando, una de las posibles compradoras de esta empresa sería Arcor, que también había estado en tratativas con una empresa de similares características (en cuento a tamaño) en Chacabuco.

Es así que la preocupación en Chivilcoy crece y no hay certezas de ningún tipo. Parecería ser que el indicador de la hora es que no sólo las empresas pequeñas son las que tienen problemas, sino que los inconvenientes  llegan también para los grandes capitales, como el caso de Nidera, los grandes molinos y ahora las lecheras.