(Comunicado de prensa)

La Policía Local viene realizando allanamientos en distintos domicilios. De los mismos se secuestraron plantas de cannabis. Las cantidades incautadas salvo un caso, eran ínfimas y, en teoría de consumo personal.

Esto se enmarca en un intento de mostrar una lucha contra el narcotráfico, cuando en realidad se está atacando a usuarios y cultivadores. No así a los narcotraficantes. Mientras tanto crece el comercio de cocaína y drogas sintéticas bajo la mirada permisiva del sistema político y judicial. Así quedó demostrado, por lo menos, en las redes sociales donde las personas de la ciudad estaban en contra de este secuestro apuntando que las drogas “pesadas” y las que afectan a los jóvenes no se encuentran en el patio de la casa de un vecino sino en puntos conocidos por toda la comunidad.

El cannabis y sus derivados (aceite, tinturas, cremas, etc.) no solo tienen un uso recreativo, sino que se utilizan como tratamiento medicinal para: dolor crónico, náuseas y vómitos debido a quimioterapia, estimulación del apetito en infección HIV / SIDA, espasticidad debido a esclerosis múltiple o paraplejía, síndrome de Tourette y epilepsia refractaria, entre otros.

Secuestrar por una cuestión de campaña electoral o para crear una imagen publicitaria de un gobierno que hace algo contra las «mafias» (como intentan vendernos); puede generar, por ejemplo, que le allanen la casa a un productor de aceite de cannabis para personas con epilepsia y poner en riesgo la continuidad de su tratamiento.

La policía local apunta a los cultivadores que se proveen a sí mismos desconociendo en algunos casos la ley 27350 que está en vigencia sobre el cannabis medicinal y su completa reglamentación.

Desde el Partido Obrero reclamamos el inmediato fin de los allanamientos, detenciones y procesos penales a cultivadores de cannabis; el urgente cese de las detenciones y procesos penales a los usuarios por la simple tenencia de sustancias psicoactivas prohibidas; por la urgente reglamentación de la ley de Cannabis Medicinal (27.350) y la incorporación del cultivo solidario y colectivo; por la implementación de una ley de atención pública, universal y gratuita de los problemas asociados al uso de sustancias psicoactivas y por la urgente modificación de la ley de drogas (23.737), para que permita el cultivo personal, solidario y colectivo; desbaratamiento de las redes de narcotráfico locales en vez de amedrentar a los pequeños productores. Finalmente, solo bajo un gobierno obrero y socialista se van a garantizar verdaderamente todos los derechos humanos elementales.

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