El crimen de Fernando Báez Sosa se produjo el sábado 18 de enero de este año en inmediaciones de la puerta del boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell. Báez Sosa recibió golpes y patadas en la cabeza que le provocaron la muerte antes de que pudiera ser atendido por médicos, mientras que sus agresores huyeron del lugar.
El episodio quedó registrado en distintas cámaras de seguridad y en teléfonos celulares de otras personas que se hallaban en la zona, por lo que los sospechosos fueron identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras del lugar del crimen.
A 10 meses del suceso así sigue el caso
La fiscal Dolores Verónica Zamboni, que investiga el caso, pidió que los ocho jugadores de rugby que permanecían detenidos sean sometidos a juicio oral. La solicitud fue realizada ayer por la mañana y a pocos días del vencimiento del plazo para hacerlo ante el juez de Garantías David Mancinelli, que deberá definir la medida.
Además, Zamboni pidió el sobreseimiento de dos de los rugbiers que están imputados y permanecen el libertad, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, ambos de 19 años. Quienes habían sido procesados como partícipes necesarios pero no hubo pruebas suficientes que los vincularan directamente con el crimen.
La elevación a juicio fue pedida para Máximo Thomsen, de 20 años; Ciro Pertossi, de 19; Blas Cinalli, de 18; Enzo Comelli de 19; Ayrton Viollaz, de 20; Luciano Pertossi, de 18; Matías Benicelli, de 20, y Lucas Pertossi, de 20. Las imputaciones contra los acusados son no solo por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, que comprende la pena de prisión perpetua: también incluyen las acusaciones de lesiones leves por los golpes propinados a los cinco amigos de Báez Sosa presentes en la noche del crimen.