Este mediodía la vicepresidenta y dos veces presidenta de la Nación, Cristina Fernández, realizó una exposición por video donde desnudó la trama de poder que se oculta detrás del juicio en que la imputaron junto a otros funcionarios por supuesta corrupción en el manejo de la obra pública de Santa Cruz. En síntesis, la vicepresidenta dedicó su tiempo para mostrar diversas pruebas que obran en el expediente y que en lugar de apuntar a su responsabilidad, demuestran con toda claridad los vínculos del exfuncionario José López con empresarios cercanos a Mauricio Macri, entre ellos, Nicolás Caputo el responsable del endeudamiento con el Fondo Monetario como funcionario de Macri y a quien el propio presidente definió como su «hermano del alma«.

En una copiosa documentación, que ahora Fernández de Kirchner compartió públicamente, se encuentran el intercambio de mensajes entre el exfuncionario José López (que fue hallado escondiendo 9 millones de dólares) y Nicolás Caputo. En cambio, casi no hay intercambios de mensajes entre Lázaro Báez y la entonces presidenta, ya que supuestamente ésta lo habría beneficiado.

Durante el extenso mensaje que brindó, hizo hincapié en las razones por la cual se la juzga y que mereció el pedido de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua que realizó el fiscal de la causa. Así sostuvo que la condena se debe a todo lo que se hizo bien durante el gobierno de Néstor Kirchner y los dos mandatos en los que ella fue presidenta: la estatización de YPF, la creación de Vaca Muerta, la estatización de los fondos de las AFJP, la suba del salario de los trabajadores, el pago de contado al Fondo Monetario, la política de no endeudamiento. Sintetizó: «Si naciera 20 veces, 20 veces haría lo mismo«.

Pero el punto más interesante fue el interrogante que sembró acerca del origen de los 9 millones de dólares con los que fue encontrado «in fraganti» el exfuncionario José López mientras los arrojaba sobre el muro de un convento. Parte de ese dinero, recordó la vicepresidenta, estaba termosellado y provenía de la reserva federal de los EEUU. La ruta de ese dinero, dijo, lleva al macrismo y esa es la razón por la cual no se investigó.

Además en esa intervención estableció cómo el estado se perjudicó con los cambios introducidos en el contrato por el soterramiento del ferrocarril. Esa obra comenzó bajo la presidenta de Cristina Fernández y la misma debía financiarse con fondos aportados por las empresas privadas, una de las cuales era la manejada por Caputo. Cuando Macri asumió la presidencia, durante un periodo de dos días en que su vicepresidenta Gabriela Michetti ejerció la presidencia, ésta firmó un decreto en el cual se introdujo un importante cambio en el contrato donde el Estado pagó la suma de 45.000 millones de pesos. Eso no se investigó en absoluto, pese a que sobran pruebas.

Por último, la vicepresidenta señaló los objetivos de llevar adelante una condena sin pruebas: «Esto disciplina a la clase política para que nadie se anime a hacer dos veces lo mismo. Dos veces decirle al Fondo monetario, pagarle, y andate. Dos veces decirle que no a los Fondos Buitres? No. ¿Dos veces a las AFJP? No«. Y agregó: «Necesitan dirigentes disciplinados. Necesitan funcionarios, funcionarias, que hagan lo que el poder real quiere».